En noviembre, los bosques y las campiñas ofrecen toda una paleta de ocres y amarillos: es el traje de gala con el que el otoño da la bienvenida a un buen número de especies invernantes procedentes del norte. También el litoral se puebla de estos nuevos visitantes: diversas especies de aves marinas y acuáticas llegan a nuestras costas en noviembre brindándonos la ocasión de realizar interesantes observaciones.

Una vez más, nuestro destino principal será el litoral.

En los humedales veremos que, además de limícolas, garzas y gaviotas, un nuevo grupo cobra importancia a medida que se acerca el invierno: las anátidas. A los habituales ánades azulones, se les suman los ánades rabudos y los silbones europeos, las pequeñas y veloces cercetas comunes e incluso porrones europeos, moñudos y bastardos. Para observarlos las Rías de Ribadeo y Foz, la de Ortigueira, la Lagoa de Valdoviño en Ferrolterra, O Grove, la Ría de Vigo y A Guarda son excelentes lugares.

Correlimos tridáctilo (Calidris alba)
Bisbita pratense (Anthus pratensis)
Vuelvepiedras común (Arenaria interpres)
Charrán patinegro (Thalasseus sandvicensis)
Las aves acuáticas invernantes también comienzan a asentarse en los humedales interiores

En el intervalo de unos pocos días, en la Lagoa de Cospeito y otros humedales de A Terra Chá, podemos comprobar cómo se incrementan las cifras de patos, en especial de cercetas comunes. Otro buen punto de observación que no debemos despreciar son los embalses de Abegondo-Cecebre, de A Fervenza e Baíñas y Vilagudín y Vilasenín.
 

El paso de aves marinas en migración frente a los cabos todavía es muy importante

De nuevo Estaca de Bares, la Punta do Roncudo en la Costa da Morte o Cabo Silleiro nos brindan excelentes oportunidades para observar cientos de alcatraces, pardelas capirotadas, págalos grandes, negrones, charranes comunes y árticos, gaviotas tridáctilas, alcas y araos.


También en la costa tendremos la oportunidad de encontrar aves terrestres menos frecuentes recién llegadas a Galicia como el escribano nival y el esmerejón, una diminuta ave rapaz con querencia por los espacios abiertos. Estaremos atentos a dunas, playas y áreas despejadas en el litoral. Hay tramos de la Costa da Morte, como el existente entre Cabo Vilán y la Lagoa de Traba, que nunca decepcionan.
 

Ciertas especies, aun siendo menos frecuentes, parece que incrementan su presencia en este mes respecto a los últimos años

Un ejemplo es el mosquitero bilistado. Podremos encontrar esta ave en una gran variedad de lugares pero el entorno de la playa de Mar de Fóra, en las proximidades de Fisterra, en plena Costa da Morte, es el mejor.

En el interior,
la opción preferente para este mes será acudir a las áreas de campiña en busca de zorzales reales, alirrojos y comunes así como de pinzones reales. En el entorno de los ríos, en los bosques ribereños podremos encontrar también los primeros grupos de lúganos

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