Por sus muchos puntos de interés, Muxía es parada obligatoria en un recorrido por la Costa da Morte. Su núcleo de población, rodeado de playas de gran belleza, se asienta sobre una península que protege la entrada de la ría de Camariñas. En su atmósfera se respira la vida del mar, fuente básica de ingresos para la mayoría de sus habitantes.
Su principal seña de identidad es el Santuario da Virxe da Barca, escenario de una de las romerías más importantes y vistosas de Galicia. Durante los cuatro días siguientes al segundo domingo de septiembre, miles de personas participan en una celebración reconocida como Fiesta de Interés Turístico Nacional. Es especialmente popular la procesión marítima en honor a la Virgen. Los peregrinos de Compostela llegaban a este extremo occidental europeo, cercano al mítico Fisterra, para poner punto final a su ruta por el Camiño de Santiago. El santuario se compone de rectoral e iglesia. Ésta fue construida en 1719, aunque algunas fuentes ya señalan este emplazamiento como lugar de culto desde el siglo XV o incluso antes. Las dos torres de la fachada se levantaron en 1958.
En los ritos de la romería se adivinan profundas raíces panteístas. La tradición cristiana señala que la Virgen, navegando en una barca de piedra, se apareció a Santiago para consolarle y animarle en su difícil misión apostólica por estos parajes del Fin del Mundo. Como testimonio de aquella visita, en las cercanías del santuario quedaron tres grandes piedras, que no son otra cosa que la misma barca, su vela y su timón. La primera de ellas es conocido como la Pedra dos Cadrís. El que pase nueve veces bajo ella se librará de los dolores de espalda. La segunda, una losa de grandes dimensiones que los fieles hacen oscilar con su peso, recibe el nombre de la Pedra de Abalar.
Para comprender el significado de esta tradición hay que tener en cuenta que el mito de la barca de piedra es frecuente en las regiones atlánticas europeas. En Irlanda, Cornualles, Gales, Escocia o Bretaña, los santos viajan en barcas de piedra.
Otro de los importantes monumentos que alberga Muxía es la iglesia parroquial de Santa María. Se construyó entre los siglos XIII y XIV. Contiene elementos románicos y góticos. Su única nave es de planta basilical.
Desde el camino que lleva al santuario, podemos ver unos curiosos secaderos de congrio. Están situados cerca del dique de abrigo. En otras épocas, la Costa da Morte contaba con numerosas instalaciones de este tipo, pero hoy son éstas las únicas que permanecen en activo. Abastecen principalmente los mercados de Cataluña y Aragón. El congrio se coloca sobre unas estructuras de madera denominadas "cabrias", para que se sequen por la acción del viento y el sol.