Descripción
La Ria de Pontevedra se abre entre la Punta de
Cabicastro, situada al oeste de la Playa de Canelas, al
norte, y la Punta Centoleira, al sur. Su vértice más
oriental es más difícil de marcar, debido a la
desembocadura del río Lérez, pero podemos situarlo
en la ciudad de Pontevedra, en donde el río se une al
mar, a unos 14 km de la boca de la ría cuya forma es
la de otra cuña perfecta de agua marina que se
incrusta en el continente siguiendo la dirección
sudoeste-nordeste.
Relativamente cerca de la costa, en la entrada de
la Ría de Pontevedra, se emplazan las Illas de Ons
que fueron habitadas desde la antigüedad. De formas
más suaves que las Cíes, las Ons presentan igual que
aquellas un perfil litoral contrastado, menos abrupto
hacia el interior de la ría mientras que dominan los
acantilados hacia el oeste, en los que de nuevo
encontramos furnas como la espectacular Cova do
Inferno. Y, al igual que en Cíes, en Ons la fauna
encuentra un lugar privilegiado. Pero en las Ons la
presencia humana ha sido históricamente mayor
habiendo estado habitada hasta los años cincuenta
del siglo veinte. Actualmente la mayor parte de la
población vive en la isla únicamente en verano.
En la ría de Pontevedra y en sus riberas, el arte y
la historia se combinan para placer del viajero. En
sus márgenes se emplazan ciudades hermosas como
Pontevedra; monasterios, como el de Poio o, un poco
más alejado, Armenteira; villas como las de Marín,
que combina su destino militar con la pesca, o Bueu,
claramente pesquera y marisquera; centros turísticos
y residenciales como Sanxenxo, Portonovo o San
Vicente de O Grove; pueblos pintorescos como
Aldán -emplazado en el fondo de su pequeña
ensenada, apéndice de la de Pontevedra-, Rax.,
Combarro o Mogor.
Pontevedra, la capital provincial, es una ciudad
equilibrada, sin gigantismos urbanísticos que
combina el encanto del pasado en su amplia parte
antigua felizmente respetada con el desarrollo actual.
En su interior aparecen bellas iglesias como las ruinas
de Santo Domingo, San Francisco, Santa María la
Mayor, A Peregrina y un Museo Provincial que,
posiblemente, sea el más visitado de Galicia por la
riqueza de sus fondos. Pontevedra fue la patria de
grandes marineros (Sarmiento, Nodales, etc.) que
descubrieron tierras para España.
Muy cerca se encuentra Marín, una villa
moderna, con apenas vestigios del pasado. Desde la
cima del monte situado a sus espaldas se encuentra
un mirador que permite contemplar las rías de Vigo y
Pontevedra.
La riqueza en arenales es grande dentro de la ría
destacando por su importancia turística Sanxenxo
cuya población se multiplica en verano. Las nuevas
construcciones, sin embargo, barrieron los restos de
la antigua población. Todo es moderno.
Todo lo contrario ocurrió en la Playa de
A Lanzada, un arenal de más de 4 km perteneciente a
los ayuntamientos de O Grove y Sanxenxo, en donde
la regenaración del sistema dunar ha propiciado la
pervivencia de una de las playas más visitadas en
Galicia. Asociada a ella aparecen bellas leyendas
como la de los baños de "nove olas" para hallar
pareja o asegurar descendencia. Y, en sus bordes
aparecen la Ermita de Santa María da Lanzada y la
Torre da Lanzada posible resto de antiguo faro.
Más hacia el oeste se emplaza O Grove, una villa
que ha hecho de la gastronomía marinera un culto
que se puede "practicar" en las diferentes tascas,
tabernas y restaurantes que ofrecen los más
exquisitos mariscos y pescados.
Y, a modo de apéndice, se emplaza la Illa da
Toxa, un espléndido recinto que cuenta con
magníficas instalaciones hoteleras, construidas a
principio de siglo. En las noches de A Toxa decía
Alvaro Cunqueiro que hay "un silencio extraño y
consolado, solamente turbado por el viento de los pinos
o por el mar que canta en la vecina Lanzada".