16 abr 2025

La Semana Santa de Galicia acerca cultura, tradición y patrimonio con nueve fiestas de interés turístico en la comunidad

Dos Fiestas de Interés Turístico Internacional y siete de Interés Turístico para Galicia componen lo más destacado de la oferta de la Semana Santa en la comunidad. Una serie de festividades que recogen religión y tradiciones y permiten a las personas visitantes disfrutar del rico patrimonio histórico, cultural y artístico de estas zonas. Turismo de Galicia recoge la programación de estas localidades en la guía de 2025, que puede consultarse a través de la página de Turismo.gal.  

Se trata, en concreto, de las festividades de Semana Santa en las villas de Viveiro y Ferrol, que cuentan con el reconocimiento internacional. Las Fiestas de Galicia de Interés Turístico que están incluidas en el programa son la Fiesta del Santísimo Cristo de Fisterra, la Semana Santa de Cangas, la Semana Santa de Paradela (Meis), la Semana Santa de Betanzos, la Semana Santa de Mondoñedo, la Semana Santa de Santiago de Compostela y la Semana Santa de Lugo.

Fiestas de Interés Turístico Internacional

Desde el viernes 11 o Viernes de Dores hasta el Domingo de Resurrección, el 20 de abril, la Semana Santa de Viveiro llena las calles de esta villa costera de solemnidad, como recoge la guía de las festividades de interés turístico de Turismo de Galicia. Se trata de una de las de mayor tradición en la comunidad, varios de sus pasos poseen gran interés artístico y histórico, remontándose hasta el siglo XV. Uno de los más característicos es el paso de la Cena, que sale en el Jueves Santo en la procesión de la Última Cena, creado en 1808 por un artesano que tomó a marineros del vecino puerto de San Cibrao como modelos para las figuras de los Apóstoles. El Viernes Santo por la mañana tiene lugar la procesión del Encuentro y el Sermón de las Siete Palabras, mientras que por la tarde, se realiza el Descendemento o Desenclavo, seguido de las procesiones del Santo Entierro - la más lujosa de todas, con los levadores ataviados con negra ropa talar de larga cola y un gran caparucho con antifaz- y la de la Pasión. Ya de madrugada es el momento del Sermón de la Soledad y la Procesión de los Caladiños. 

Las cinco cofradías de la Semana Santa de Ferrol se encargan de transformar la ciudad con su religiosidad en la semana que va del Domingo de Ramos al de Resurrección. A pesar de que son días de procesiones constantes, que recuerdan la llegada de Jesús a Jerusalén, su Pasión, Muerte y Resurrección, los actos más multitudinarios se celebran en el Viernes Santo. Este día, en la plaza de Armas de la localidad, se representa el encuentro de Jesús Nazareno, camino del calvario, con San Juan, la Santa Verónica y la Virgen de los Dolores. Por la tarde, en la procesión del Crucificado, se vive otro de los momentos emotivos, cuando tras salir la cruz con el Cristo Redentor tumbada de la capilla, los cofrades la levantan sobre su trono para comenzar el recorrido. La procesión de los Caladiños, en la que el silencio de las personas participantes so es interrumpido por el son de los tambores y el arrastrar de cadenas, se cierra con la Salve Regina. Algunos de los pasos de estas cofradías datan del siglo XVIII, lo que convierte las procesiones en espectáculos artísticos, tanto como religiosos. 

Variada programación 

Además de estas, la guía de Turismo de Galicia destaca que hay siete Fiestas de Interés Turístico de la comunidad: la Fiesta del Santísimo Cristo de Fisterra, la Semana Santa de Cangas, la Semana Santa de Paradela (Meis),  Semana Santa de Betanzos, la Semana Santa de Mondoñedo, la Semana Santa de Santiago de Compostela, y la Semana Santa de Lugo. 

El más característico de las Fiestas del Santísimo Cristo de Fisterra son las representaciones de distintos momentos de la Pasión de Cristo por parte de un grupo de vecinos de la villa. El Jueves Santo se escenifica la Última Cena y del tradicional lavado de pies, así como la oración en el Monte de los Olivos y el prendimiento de Cristo, para terminar con la procesión del paso de la Oración del Huerto. El Domingo de Resurrección, miles de romeros asisten a la representación en verso de la llegada de las mujeres al sepulcro y de su encuentro con el ángel que les anuncia la Resurrección. La jornada culmina con la danza de Nuestra Señora de las Areas o danza de los Palos. 

La Semana Santa de Cangas es la más madrugadora de todas, con eventos desde el sábado 29 de marzo. Especialmente original es la procesión del Jueves Santo, con el Paso de la Mesa, en la que la escenificación de la última cena cuenta con productos naturales. El Viernes Santo, la mañana se abre con la procesión del No de San Pedro, una de las principales citas de gente nueva durante las celebraciones de estas fechas; como nota, una chocolatada constituye el cierre. Desde entonces y hasta después de la medianoche se van articulando distintas escenas para recrear las últimas horas de Cristo y los personajes que lo acompañaron. 

La parroquia de Santa María de Paradela, en Meis, Pontevedra, acoge una de las Semanas Santas gallegas más peculiares, con una cuidada representación de las principales escenas de estos días que desde 1993 organiza la Cofradía de Semana Santa y Pascua. En estas recreaciones, el público participa activamente, lo que ayuda a dotar de mayor realismo a las escenas. Las fechas centrales de la Semana Santa acogen todas cuadros de este tipo. Así, el Domingo de Ramos se puede asistir a la entrada triunfal en Jerusalén. El Jueves Santo se representa la última cena de Xesús, la oración en el Huerto de los Olivos, el prendimiento y el Juicio del Sanedrín en el atrio de la iglesia. Durante el Viernes Santo se escenifican las últimas horas de la vida de  jesús, con el prendimiento, el Vía Crucis, la Pasión, el Desenclavo y el Santo Entierro. El Domingo de Pascua se pone el cierre con la muestra de la Resurrección de Jesús. 

La Semana Santa de Betanzos se caracteriza por añadir aparte más devota una interesante programación musical. El VIII Ciclo de Música Sagrada, celebrado este año del 12 a 14 de abril , abre el tiempo de programación, acompañando a las principales procesiones y ceremonias.

También la Semana Santa de Lugo combina la religiosidad propia de las fechas con la música sagrada, en una serie de actuaciones previas a los días centrales. La singularidad de las celebraciones viene dada por el privilegio de la exposición permanente del Santo Sacramento en el altar mayor de la Catedral. Esto configura una Semana Santa especial en toda España, ya que, desde el año 1963, la procesión del Jueves Santo es la única en el país en que la Sagrada Forma sale de procesión por las calles de la ciudad. 

La tradicional Semana Santa de Mondoñedo se remonta en el tiempo al siglo XVI, con una experiencia más sobria y contenida, en la que la emotividad de los desfiles se vive a través del recogimiento. El Vía Crucis del Miércoles Santo lleva hasta la Capilla de San Brais del Mosteiro de los Picos. La catedral concentra algunos de los principales actos, como la celebración de la Cena y de la Pasión o del Domingo de Resurrección. En los días grandes, distintas procesiones recorren las calles de la localidad.

Como punto de llegada de los Caminos de Santiago, la capital gallega cuenta también con una larga tradición espiritual y religiosa que se ejemplifica en un rico calendario para la Semana Santa. Los distintos actos recorren las calles de la ciudad de forma continuada desde el viernes de Pasión o de Dores hasta el Domingo de Resurrección, con salidas o paradas en algunos de los templos centrales de la villa, como la iglesia de San Francisco, la de Santa María del Camino, de las Mercedarias o la propia Catedral. La programación se cierra el domingo 27, con el traslado del Santísimo Cristo de la Paciencia.

Diversificación 

Esta rica programación constituye una buena muestra no solo del atribuirte del turismo cultural a la comunidad, sino también de la diversificación de la oferta. Desde Turismo de Galicia se promueve la puesta en valor de citas y celebraciones en localidades y puntos geográficos más allá de los grandes núcleos con el fin de revalorizar el rico patrimonio cultural, material e inmaterial que hay en el territorio. 

 

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