Cruzamos el barrio siguiendo el trazado rectilíneo de la calle Magdalena, con buenos ejemplos de la arquitectura civil de la época, como el Ateneo Ferrolán, y abundantes edificios con galerías. Seguimos la calle Méndez Núñez que nos lleva a la Plaza de Amboaxe, que es la que mejor conserva la fisonomía original. Continuamos por la calle Real hasta el edificio de la Capitanía Marítima, donde se encuentran los jardines de Herrera, el Obelisco de Churruca y la iglesia neoclásica de San Francisco. Desde este lugar se tiene una de las mejores vistas de la ciudad y de la ría. La visita nocturna de este barrio es especialmente bonita, pues la lograda iluminación, las calles rectas, los edificios más significativos resaltados, nos evocan aires de otra época. Tan sólo nos resta ya encaminarnos de nuevo al Ferrol Vello y terminar nuestra visita en el Baluarte de San Juan, resto de la antigua muralla, que nos ofrece una nueva y realmente agradable vista sobre el puerto y la ría de Ferrol.