En la Ría de Corcubión, una amplia ensenada que desde Fisterra se abre al sur. Desde el faro de Fisterra, de día se siente la inmensidad del océano, de noche la luz alcanza hasta 65 km de distancia. Hacia el sur, la playa de Carnota, la playa infinita. Una reserva natural de más de 7 km de largo y hasta 1 km de ancho en la bajamar, de arena fina y dorada.

En la Ría de Corcubión el mundo parece hecho por gigantes.

En las cercanías está el Monte Pindo, el olimpo sagrado de los celtas. Una montaña de 627 m al lado del mar y cuya cima está coronada por inmensas rocas, visibles desde kilómetros, con formas humanas y animales. A sus pies, en Ézaro, el río Xallas se precipita directamente al mar en una cascada de 40 m de altura, un espectáculo único en Europa.

En el pueblo de Carnota, el hórreo más grande de Galicia, ¡de 35 m de largo! Es la Ría de Corcubión, tierra de gigantes. 

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