Las tierras de los Andrade guardan numerosos vestigios de esta noble familia del medievo gallego. As Mariñas coruñesas atestiguan el rico legado patrimonial heredado, destacando el castillo de A Nogueirosa.

Edificado en 1369 bajo mandato de Fernán Pérez de Andrade, la localización escogida fue una colina rocosa conocida como Pena de Leboreiro. Esto respondía a la necesidad defensiva pero también a la búsqueda de dominio visual sobre la desembocadura del río Eume y la ría de Ares, pretendiendo la vigilancia de la villa de Pontedeume, uno de los feudos principales de los Andrade.

El castillo conserva en muy buen estado la torre del homenaje, de planta cuadrada y veinte metros de alto, cumpliendo a día hoy la función de privilegiado mirador.