Lugo puede presumir de conservar su muralla romana completa. La vieja Lucus Augusti, fundada por el emperador Augusto en el siglo  I la. C., fue un relevante bastión durante el Imperio Romano, siendo construido el recinto amurallado a finales del siglo II d. C.
10 puertas, 71 torres y más de 2200 metros de perímetro intacto hacen de la Muralla de Lugo una joya que mereció la consideración de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000.
Las diversas modificaciones no rompen las líneas básicas con las que el ingeniero romano Vitrubio, dotó a esta construcción en granito y losetas, de clara vocación defensiva.
Las 4 puertas originales pasaron  a ser 10, de las 85 torres se conservan 71 manteniendo sólo  la torre de A Mosqueira con la morfología original, consistente en varios pisos de altura y doble arco de medio punto a modo de ventanas.
Los anchos muros, de entre 4 y 7 metros, permiten un largo paseo que hace la función de mirador continuo elevado sobre la ciudad. El interior de la muralla es un completo catálogo de urbanismo, arquitectura y arte con numerosos elementos a visitar: la monumental Praza Maior, la acogedora Praza do Campo, el Museo Provincial localizado en el convento de San Francisco y la Catedral.
Desde la Muralla, a la altura de la Porta de Santiago, la perspectiva de la Catedral de Santa María es fabulosa. La fachada neoclásica convive con la base románica y con elementos góticos y barrocos, en una muestra de evolución histórica que bien puede equipararse al devenir de la ciudad.