Financiado por emigrantes que hicieron fortuna en las Américas, un paseo por este camposanto permite comprobar la influencia de los criterios arquitectónicos indianos, en este caso con evidente vocación de eternizarse. En él se sitúa el mausoleo de un de sus bienhechores: Pedro Murias, quien también hizo otras importantes donaciones a su pueblo natal.
Forma parte de la Ruta de los Indianos por las parroquias.