Tenemos constancia de la existencia de una iglesia primitiva en el S. XII, si bien documentalmente acreditamos la construcción de A Capela dos Boán en el S. XVII. La iglesia sufrió reformas posteriores en el S. XIX. Esta importante obra fue llevada a cabo por expreso deseo del Licenciado Juan Fernández de Boan, miembro del Consejo Real y Supremo de las Indias, señor del Pazo de San Damián y hijo de su anterior propietario D. Fernando de Boán, cuya voluntad era la de fundar una capilla funeraria en la que descansar con los restos de su padre y su esposa Dña. Damiana de Landecho. Este templo cambió su orientación, ya que la capilla de los Boán pasó a convertirse en el presbiterio de la misma, de tal forma que la portada de acceso original queda ahora en el muro septentrional. Todo el conjunto se inspiraba, tal como había dejado escrito en su testamento el legatario, en la capilla de la vecina iglesia de Santiago de Parada del S. XVI, si bien con muy poca fidelidad. Se puede decir que es de estilo renacentista, si bien un poco tardío. La fachada de la nave original sufrió importantes reformas.