Más de setenta molinos hay catalogados en Carballo. Algunos de ellos aun funcionan y otros fueron rehabilitados en épocas recientes. El de A Cheda, aun en funcionamiento, está situado junto a una área recreativa en Bértoa idónea para la realización de fiestas campestres.
Los molinos dan fe de una tierra conocida desde viejo por ser fértil en cereales y afamada por su buen pan, lo que le valió ser conocida en algún momento como el granero de Galicia. Cuanto más fuerza llevara el agua, más menuda salía la harina, y de más calidad el pan. Así que, en el sabroso del pan de Carballo tienen mucho que ver las aguas del Anllóns.