Desde el puente de A Gándara, la senda desciende junto al cauce del Rego das Gándaras en un recorrido con suaves desniveles y remonta los ríos Tambre y Cabalar hasta A Ponte do Sapo, permitiendo disfrutar de un entorno que sirve de marco para un bello conjunto etnográfico formado por numerosos molinos y un batán.

Este trayecto inferior a 6 km visita 22 molinos hidráulicos en diferente estado de conservación. Así como el batán de Mezonzo, actualmente restaurado, que servía para golpear repetidamente productos textiles como fieltros y tejidos, con el fin de darles mayor firmeza y resistencia. Se cree que el origen de este batán puede estar relacionado con el monasterio de Mezonzo del siglo XII, por lo que podría ser uno de los más antiguos de la península.

El sendero se rodea de frondosa vegetación, creando un ecosistema húmedo y fresco todo el año, También acoge numerosos árboles de ribera, en especial alisos, sauces, abedules y avellanos.