Esta casa de aldea de tres siglos representa fielmente  la tradición gallega. O Forno de Catuxa compendia la magia de la Galicia de antaño con el confort y sostenibilidad  que agradecen los viajeros de hoy. La factura tradicional de cada espacio se perfecciona con el culto al arte, a la artesanía, a la belleza.. Cada rincón está pensado para el disfrute, para la sorpresa, para el descanso.... Madera, pizarra, y granito, materiales nobles que presiden cada estancia. Y a su lado, el legado original de épocas pasadas, mimado y protegido como portavoz real de nuestra historia. Somos parte de esta tierra generosa, aquí se hunden nuestras raíces y sobre ellas hemos construido un lugar singular, con alma y personalidad. Reivindicamos y recuperamos cada porción de nuestra herencia agraria: los pesebres de las vacas, las cadenas del pote ennegrecido en la lareira, los respiraderos de las fachadas de granito, las herramientas que abrían los campos fértiles y las que  completaban la tarea en la era, tras la recolección de la cosecha. 

Estamos orgullosos de cuantos en este mismo lugar dejaron su sudor, su coraje y su vida para crear esta casa hermosa. Y a ellos, a sus manos duras y a su corazón inmenso, les dedicamos, con humildad y agradecimiento,  este proyecto. Y para honrarlos cada día, nos hemos rodeado de arte. Escultores, pintores y creativos universales han estampado aquí sus pátinas y así seguirá siendo por siempre...porque somos como el agua del río, diferente cada día.