Esta capilla, adosada al convento de San Francisco por su lado norte, se erigió entre 1681 y 1706 siguiendo las trazas dadas por los arquitectos Domingo de Andrade y Diego de Romay. El templo es de planta rectangular, de nave única y cubierta con bóveda de cañón reforzada por arcos fajones. La cabecera, de planta rectangular, se cierra con una cúpula sobre pilastras toscanas. Un pequeño coro se levanta a los pies del templo.

El acceso a la calle se facilita por una puerta abierta en el muro oriental, mientras que la occidental se articula por medio de cinco arcos que, funcionando a modo de solios, se destinan a enterramientos y articulan los cinco cuerpos de la nave. La fachada, de gran sencillez, remata con un campanario de planta rectangular, arcos de medio punto y coronado con cupulilla. El revoque cubre los muros del templo, con excepción de los elementos en sillería de granito que bordean los vanos.