Esta capilla de una sola nave con cubierta a dos aguas, se encuentra situada en una aldea en la base del Monte Pedroso. Su origen está relacionado con la visita de San Francisco a Santiago en 1214, que vivió en la casa del carbonero Cotolay en esta zona, y al que confió la fundación del convento de San Francisco de Valdedeus. Es un templo románico, del s. XII, que se reedificó en 1753. Tiene una fachada muy sencilla con sillares de granito. El ábside románico es de planta rectangular, de altura considerablemente menor que la nave y con sencillos canecillos en la cornisa.
El interior también es muy sencillo, de una sola nave y cubierta de madera. Carece de retablo, lo preside una imagen de la Virgen del Socorro.