Descripción
Se desconoce la fecha exacta de su fundación, pero su existencia está documentada desde el siglo IX. En siglos posteriores se amplió con la iglesia. En el siglo XVI, época en la que fue incorporada al Monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil como simple priorato, se construyó un nuevo claustro y un remate para la torre de la iglesia. La Desamortización de 1835 lo sumió en un tiempo de abandono. Como resultado del fin de las actividades monásticas, tanto Santa Cristina como Santo Estevo pasaron a utilizarse como viviendas particulares, e incluso como cuadras y pajares.
Este conjunto, situado en el hermoso entorno de un bosque de robles a orillas del Sil, se compone de monasterio e iglesia. El edificio original del monasterio, dispuesto en torno a un pequeño claustro, era de estilo Románico, siguiendo las pautas estéticas de la orden benedictina. De aquella construcción hoy sólo se conservan dos alas. Uno de los puntos en los que nos fijaremos es la portada, similar a la parte sur de la Catedral de Ourense. Como testimonio de su pasado monástico, podremos ver los "armarium claustri", unas pequeños espacios donde se dejaban los libros leídos por los frailes en sus paseos. Se trata de una obra austera, parca en su ornamentación, pero de singular belleza por su armonización con los bosques y la orografía del entorno en la que se levanta.
La iglesia es románica y se comenzó a construir en el siglo XII. Durante el siglo XIII se introdujeron elementos góticos, fundamentalmente arcos. La planta es de cruz latina, dividida en cinco espacios. En su estructura se puede apreciar la elegancia y verticalidad propia de las construcciones de la Orden del Císter. La fachada destaca por su entrada bajo tres arcos, apoyados en pares de columnas de capiteles decorados. En la parte superior se inscribe un rosetón románico de amplias dimensiones. La alta torre, atalaya privilegiada sobre el curso del Sil, está rematada en forma de pirámide, algo poco usual.
En el interior se conservan pinturas al fresco, un altar mayor con motivos geométricos, retablos barrocos y, sobre todo, una imagen de San Pedro realizada por el artista Juan de Angés a finales del siglo XVI. En las paredes de la sacristía se pueden ver pintados los escudos de la Orden de Calatrava y de San Esteban.