Esta iglesia fue realizada de forma casi íntegra en mampostería de granito y posee cubierta de teja a dos aguas. De pequeñas dimensiones, tiene nave rectangular y ábside cuadrado, con sacristía adosada al alzado norte del presbiterio. Resulta curioso el vano trazado en uno de los muros de la sacristía para poder introducir las limosnas. 

Según la leyenda popular esta iglesia está “proscrita”, pues en ella mataron a su párroco después que el señor de Penas le pidiese que no comenzara la misa hasta que él hubiese llegado de su jornada cinegética. Cuando regresó, el cura estaba oficiando el sacramento porque se había hecho muy tarde y el noble le disparó. Desde entonces no se volvió a celebrar misa los domingos. 

En el terreno al pie del cementerio, en unas labores de cultivo, aparecieron algunos sarcófagos medievales excavados en la roca, que volvieron a ser cubiertos de tierra.

El arco triunfal que separa la nave del ábside es de medio punto.

Como tantas otras iglesias del rural fue asaltada por los amigos de lo ajeno que robaron la imagen del patrón Santiago, igual que sucedió con el crucero parroquial. A finales del siglo XX se encargó otra cruz para el lugar que un día ocupó la primitiva.