Con probable origen en una fortaleza medieval, La Golpelleira se convirtió en pazo en el siglo XVI para sufrir una notable transformación a finales del siglo XIX adoptando su peculiar forma actual, que denota la suma de edificaciones de distintas épocas. Dominando desde siempre un vasto territorio, no en vano figuraba cómo “quinta” en distintos planos antiguos, hoy A Golpelleira es una suntuosa residencia que sirve de escenario para los más variados eventos.

    Del pazo de la Golpelleira destaca especialmente la capilla, dedicada a la mexicana virgen de Guadalupe. Desde La Guerra de la Independencia el templo guarda en depósito una imagen de San Miguel que pertenece al contiguo lugar de Trabanca y que cada año, el 29 de septiembre, coincidiendo con la festividad del santo, los vecinos sacan en procesión.

    Igualmente, de la Golpelleira sobresalen sus jardines. De traza francesa, el espacio se complementa con notables ejemplares de árboles autóctonos y tropicales, que compiten con soberbios ejemplares de camelia, y zonas con encanto como el quiosco, el estanque, el crucero o el invernadero de estilo inglés.
El hórreo se sitúa como el trigésimo segundo más grande del mundo, mide 21,6 metros de ancho y 1,55 de ancho.