Esta cascada nos permiten conocer los tesoros de la  devesa de Chacín. En los meses de mayor caudal la caída es espectacular, con más de 10 metros de altura. El agua del arroyo de  Casteliño se precipita con un rugido que llena el bosque con los ecos de la caída del agua. La forma  cóncava del valle donde se sitúa la cascada refuerza el sonido, que  reverbera a través del visitante. Para encontrarla, en Santa Baia de Chacín tomaremos el cruce a la izquierda, junto al  cemeterio, y bajaremos hasta la estación depuradora. Por el sendero descendente, cruzaremos el riachuelo y pasaremos el prado; seguiremos por el canal de arroyo hasta llegar a la cascada principal. El acceso no ofrece dificultades a pesar de que  la ruta no está señalizada. Es apta para hacer con niños.