A pesar de su apariencia de construcción antigua, se trata de un templo construído a principios del s. XX, que responde a una estructura de planta rectangular con una única nave. Muros de cachotería granítica y pizarrosa, a excepción de los sillares graníticos de los refuerzos de vanos y esquinas. Cubierta pizarrosa a dos aguas. En su exterior prima la sobriedad y funcionalidad, sin presencia de elementos decorativos. La fachada principal se organiza en un sistema pentagonal, con puerta adintelada sobre la que aparece una placa de mármol en recuerdo de un párroco, ventanal central que permite la iluminación del coro y sencilla espadaña de cemento de doble hueco, a la que se accede a través de escaleras exteriores. Interior de iluminación muy escasa, del que destaca el coro alto a los pies y tres retablos neoclásicos en presbiterio, con gran número de tallas de los siglos XVII, XVIII y XIX. Contiguo el antiguo cementerio parroquial, y dos cruceiros de granito muy próximos.