Edificio de estilo románico, que se conserva íntegro. Su fábrica se remonta a finales del siglo XII y principios del XIII. La planta es rectangular, con un presbiterio cuadrado. Los muros que lo conforman son principalmente de sillería de granito (a excepción de la sacristía que es de factura posterior), y la cubierta es de teja a dos aguas. Luce canecillos de decoración geométrica, vegetal y antropomorfa.

El ábside es más bajo y reducido que la nave, y se accede a él por un arco triunfal de medio punto que lo separa de la nave.  El arco es doblado, de arista, con impuesta lisa, ajedrezado, cruces y zig-zag. Las columnas son semiadosadas, de bases tóricas, plintos con garras y capiteles con motivos vegetales y antropomorfos. Conserva el primitivo sagrario en uno de los muros laterales para reservar el Santísimo Sacramento. Otra singularidad en esta iglesia es la apertura en el muro posterior de un vano bajo la forma de arco de medio punto sin ornamentación y de mayor anchura que los clásicos románicos.

La nave conserva dos saeteras a cada lado, y el ábside una en el flanco derecho. El ábside dispone además de una puerta adintelada de acceso desde el exterior, que se sitúa en un extremo del muro izquierdo. El frontis tiene una portada con arco de medio punto, formado por dos arquivoltas, con dos pares de columnas acodilladas, con fustes monolíticos y capiteles de decoración variada. El tímpano es liso y descansa en jambas lisas sobre mochetas. Sobre la portada hay una tronera. La espadaña fue reformada y posee un solo campanil.

Conserva una pila bautismal prerrománica a la que en la actualidad se dotó de un pie.