Edificio de planta rectangular alargada construida con perpiaños irregulares, arrimado al muro occidental de la iglesia de Santa María del Socorro y que antiguamente formaba parte del Convento de Santo Agostiño. Las diversas modificaciones sufridas el largo del tiempo, desvirtuan el aspecto exterior. En un extremo le añadieron un volumen que rompe la línea de la cumbre, ya que se subió la cubierta para ganar altura en el interior. Este volumen tiene entrada desde abajo, por el lateral del edificio. Consta de dos alturas con accesos independientes. La disposición de los vanos es arbitraria variando hasta la misma tipología de las ventanas, excepto en el lateral que sigue un eje central de simetría con tres vanos en cada piso. En la fachada posterior algunas de estas ventanas fueron tapiadas con cascotes.
La fachada principal aunque está construida con perpiaño, está recebada con cemento mostrando esa frialdad que no tiene la piedra a la vista, excepto en los marcos de los vanos. En la trasera es la mampostería menuda vista la que compone el parámento vertical. La cubierta está resuelta a dos aguas y el añadido a tres con teja curva del país. Carece de elementos significativos: tan sólo tres blasones labrados en piedra en el centro de la fachada principal.
En la actualidad alberga la oficina de información turística y un local social para la tercera edad.