Por otra parte la permanencia de ritos de fertilidad en piedras de Fisterra -el fin de la tierra y el comienzo del mare tenebrosum durante siglos de cultura- son rasgos que hablan de la pervivencia de las tradiciones en estos lugares. Pero la piedra se transforma por la mano del hombre. Fruto de ellos son las pequeñas aldeas que salpican el litoral así como las villas de Fisterra, Corcubión y Cee. Marineras las dos primeras, industrial la tercera, contienen en su interior hermosos edificios en los que destacan las galerías acristaladas o los edificios flanqueados por soportales."/>

RÍA DE CORCUBIÓN

Rías y playas
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Localización

Coordenadas:
42º 56' 40.2" N - 9º 11' 26.4" W

Descripción

La Ría de Corcubión diseña una forma de arco que se estira hacia el sur. Presenta una forma abierta, siendo, en realidad, una amplia ensenada protegida por el apéndice pétreo del Cabo Fisterra que al alargarse hacia el sur, cierra un espacio marino.
Las rocas graníticas vuelven a condicionar el paisaje. El roquedo se manifiesta de manera nítida y, al mismo tiempo, cambiante. En el Monte Pindo, dominan las formas labradas en la roca granítica -concretamente granodiorita-. Sobre unos pocos kilómetros se escalona en altitud picachos rocosos, simulando castillos apuntillados, lajas alargadas, cúpulas redondeadas, figuras de seres fantásticos, pedregales... Además, desde su cima, en A Moa, a más de 600 metros de altitud, se contempla una vista increíblemente hermosa, con la aldea de O Pindo a sus pies y el Cabo Fisterra al fondo.
En medio de este paraje excepcional, se precipitan las aguas del río Xallas. La Fervenza, en Ézaro, es sin duda uno de los rincones más espectaculares de la costa gallega. La construcción de embalses cerca de su desembocadura arriba, permite verla en funcionamiento algunos días al año pero, pese a ello, se puede admirar un rincón de gran belleza.
Hacia el oeste, en el Cabo Fisterra el granito es diferente y las formas también. La presencia del mar y del faro que orienta con luces y sonido a los navíos para evitar más tragedias, ha creado un mundo de mitos y magia que se dan de mano en el recinto de San Guillermo. Todo motiva que, como los antiguos legionarios de Roma, los viajeros que se acercan hasta allí esperen el momento mágico en el que aparece el "rayo verde".
Y, hacia el sur, la roca destruida por el paso del tiempo y transportada por las aguas se acumula en el arenal de Carnota, el más extenso de Galicia, con ocho km de longitud, que se extiende entre las puntas de Caldebarcos y Nosa Señora dos Remedios. Playa y dunas cierran áreas hidromorfas como la Boca do Río, en el que las formas graníticas sobresalen del agua.

Por otra parte la permanencia de ritos de fertilidad en piedras de Fisterra -el fin de la tierra y el comienzo del mare tenebrosum durante siglos de cultura- son rasgos que hablan de la pervivencia de las tradiciones en estos lugares.
Pero la piedra se transforma por la mano del hombre. Fruto de ellos son las pequeñas aldeas que salpican el litoral así como las villas de Fisterra, Corcubión y Cee. Marineras las dos primeras, industrial la tercera, contienen en su interior hermosos edificios en los que destacan las galerías acristaladas o los edificios flanqueados por soportales.

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