Comenzamos nuestro paseo descendiendo por un sendero, rodeado por un frondoso bosque, que nos llevará hasta el nivel del río donde encontraremos el primero de los molinos restaurados. Es ahí donde comienza la pasarela de madera que nos permitirá recorrer cómodamente este precioso paraje fluvial, bordeando el río Valga. 

Después de caminar unos metros ya podemos ver el primero y principal salto de agua que cae formando una poza en la que, si el tiempo acompaña, podremos aprovechar para darnos un baño. Junto a él encontramos unas escaleras de madera que nos llevarán hasta un segundo molino y el segundo de los saltos de agua, donde podremos disfrutar de esta pequeña cascada antes de emprender el camino de vuelta.