Entre 1881 y 1884, Eusebio da Guarda construye la actual iglesia que se puede considerar neorrománica. Edificio de perfecta cantería, de una sola nave dividida en cinco tramos, con nártex a los pies y un ábside semicircular. La cubierta con bóveda de crucería para la nave y terceletes en el ábside. Descansan en el interior sobre columnas encajadas con decoración vegetal, y por el exterior sobre contrafuertes. La iluminación se realiza por medio de ventanas verticales con arcos de medio punto. La fachada se divide en dos cuerpos: el inferior con una portada abocinada y puerta con un arco de medio punto y arquivoltas decoradas con motivos geométricos, junto con un tímpano de arquillos ciegos. La superior se divide en tres paños con ventanas con arcos de medio punto, rosetones decorados con motivos geométricos y vegetales. Se remata con una torre que termina en un chapitel de forma piramidal. Los contrafuertes de la portada rematan en torres macizas con arquillos ciegos y florones.