La iglesia patronal fue construida entre los siglos XVI-XVIII; de estilo claramente renacentista, con portada plateresca, está asentada sobre los cimientos de lo que podría ser una construcción romana. La portada cuenta con un arco de medio punto entre pilastras talladas y con dovelas decoradas con motivos geométricos. En su tímpano debemos destacar una venera de grandes dimensiones. Un rosetón circular se yergue por encima de la puerta principal y rompe la robustez de la fachada y contribuye a su dinamismo.

El dintel está decorado con una secuencia de cabezas, con frontón clásico. Coronando el frontispicio se yergue una cruz antefija de singular belleza. Adosada al lateral se encuentra la torre del campanario con tres cuerpos para ocho campanas, aunque en la actualidad sólo dos campanas repican el sonido del viejo acero. En su interior destacan un Cristo gótico y una Inmaculada barroca, además de la cruz parroquial, pieza del siglo XVII, obra del platero Isidro Montanos (1687).