Su irregular forma obedece a ser más una encrucijada de caminos que una plaza, y sus soportales nos recuerdan la que fue su función durante décadas: antiguo mercado de cerámica, plateros y también cereales, de donde le viene el nombre. Está presidida por la fachada sur de la Catedral, de la que ofrece magníficas vistas. Si nos situamos en la fuente que centra la plaza (llamada Fonte Nova, pues vino a sustituir otra anterior, del siglo XVIII), a nuestra derecha veremos una hilera de casas entre las que destaca una cargada fachada neobarroca, obra del arquitecto Jesús Vidal datada a finales del siglo XIX. A su izquierda encontramos también la dezaoitesca casa de los Temes. Por la izquierda, la plaza se prolonga en un pequeño espacio cuadrangular conocido como Praza das Damas, que en la documentación medieval aparece recogida como “patio de laranxeiras”. Aquí se encuentra la antigua casa Gayoso.