Su patrimonio rebosa antigüedad, con la curiosa iglesia del Peregrino, un monumento nacional cuya planta tiene forma de concha; y naturaleza, con senderos de más de 20 kilómetros. La lista de atracciones turísticas es interminable y sin embargo, no es de lo mejor que tiene que ofrecer. Pontevedra es de visita obligatoria, pues disfrutarás de una experiencia única: ir a pie a todas partes y despertar todos tus sentidos porque todo el centro urbano está restringido al tráfico.
Creado con paciencia a lo largo de los siglos, esta ciudad, con sus preciosas calles y plazas, posee la mejor colección histórica de Galicia. Pasear por sus calles antiguas y descubrir los detalles de cada rincón, te llevarán atrás en el tiempo. El casco antiguo de Pontevedra, premiado internacionalmente, es un modelo que representa el valor del pasado en el presente. Las tiendas, los bares y las terrazas en pequeñas (e incluso diminutas) plazas, sin vehículos a tu alrededor, son el lugar perfecto para disfrutar y probar las tapas más ricas de Galicia.
- Esta experiencia tiene una duración de 2,5 horas.