Situada en el camino viejo de los núcleos de Mende y Velle, se trata de un hermoso puente de corte medieval de un sólo arco asentada sobre bolas graníticas del que tenemos una primera referencia en el año 1238. Con gran probabilidad, vino a sustituir otro anterior, romano, construido en madera o mismo en piedra. Hoy el puente es uno de los puntos de partida de la ruta que nos llevará hasta al complejo arqueológico y natural de Santomé. Su arco, ligeramente apuntado, tiene una luz de 12,87 metros. La rampa, empinada, es bastante estrecha, de 3,60 metros, y tiene muros de acompañamiento. En 1969 el Ayuntamiento realiza una primera consolidación para evitar su ruina, y en 1988 se produce la última y más relevante, recuperándolo para el tránsito peatonal.