Es fácil entender por qué cientos de monjes y ermitaños escogieron los bosques de la Ribeira Sacra para levantar aquí sus monasterios: soledad, calma, silencio, naturaleza, verdes y ocres, viñedos, aguas tranquilas…
Parece el lugar ideal para apartarse del mundanal ruido, para relajarse, para rencontrarse con uno mismo y con la naturaleza. Lo sabían entonces los monjes y ahora os invitamos a descubrirlo a vosotros.
Para ello, os proponemos tres rutas de senderismo en los que podréis disfrutar del patrimonio natural y cultural de la Ribeira Sacra a través de sus tres bosques más preciados: el bosque benedictino de Santa Cristina de Ribas de Sil (Parada de Sil), el bosque de Santo Estevo de Ribas de Sil (Nogueira de Ramuín) y el Bidueiral de Montederramo (Montederramo), que alberga uno de los bosques de abedules mejor conservados de Galicia.