En Padrón iniciamos esta ruta, que nos lleva a Santiago de Compostela y a los pazos más emblemáticos hasta Pontevedra y Soutomaior. Además de sus jardines, disfrutaremos de su historia y de su gastronomía.

La presencia destacada de la camelia, una de las flores más emblemáticas de los jardines palaciegos de Galicia, les aporta belleza y una marcada personalidad.

Os proponemos una escapada en contacto con la piedra más noble de Galicia, la de sus pazos, y todo un universo vegetal concentrado en sus bosques y jardines. En ellos, las especies autóctonas y exóticas conviven entre estanques, fuentes y cascadas. Y juegan en composiciones geométricas, al estilo francés, o se envuelven de una apariencia agreste, más inglesa.

Más información...
- Pazo de Lestrove. www.pazodelestrove.com
- Pazo de San Lourenzo. www.pazodesanlorenzo.com
- Pazo de Santa Cruz de Ribadulla. Teléfono: 981 512 011
- Pazo de Oca. Teléfono: 986 587 435
- Pazo de Rubiáns: www.pazoderubianes.com
- Finca de A Saleta. Teléfono: 986 872 323
- Pazo de Lourizán. Teléfono: 986 805 000
- Castillo de Soutomaior: www.hotelpousadadelcastillo.com

Día 1º

Los jardines de Padrón

Los nobles jardines de Galicia son espacios que se prestan al paseo sosegado y a la charla.

Podemos iniciar nuestro recorrido en Padrón, villa de resonancia literaria y jacobea, dentro de la comarca del Sar, al sur de la provincia de A Coruña. Para disfrutar con calma de estos escenarios os sugerimos llegar a primera hora de la tarde y buscar hospedaje en la localidad o en su entorno, que ofrece hoteles, pensiones, casas rurales y pazos convertidos en alojamientos turísticos.

En el Jardín Botánico-Artístico conviven 300 especies diferentes

Una vez acomodados podéis dirigiros al Jardín Botánico-Artístico, declarado Bien de Interés Cultural con categoría de Jardín Histórico en 1946. Está ubicado al pie de la carretera nacional a su paso por Padrón, en la Avenida de Compostela.

Su diseño recuerda a la moda francesa, que se incorporó a las características de los pazos gallegos. Está rodeado por una reja de hierro forjado de estilo decimonónico que incrementa el aire romántico que ya le concede su frondosidad. La entrada nos conduce al pasillo principal de plátanos, que ayuda a distribuir las sendas y las diferentes áreas en las que se divide el jardín.

El jardín posee una secuoya roja,
un árbol del amor y
una palmera de Senegal

Aquí conviven trescientas especies, muchas exóticas y algunas únicas en España, en apenas una hectárea de terreno. Destacan la secuoya roja, que representa el techo vegetal del jardín, al lado de la estatua del trovador medieval Macías o Namorado; el árbol del amor, cuyas ramas espinosas se enredan formando la corona de Cristo; o la palmera de Senegal, que proporciona las palmas para el Domingo de Ramos. Si nuestra visita es invernal disfrutaremos del colorido de sus camelias y si es a principios de verano de la fragancia de las gardenias.

El Pazo de Lestrove tiene cinco hectáreas de terreno ajardinado

Muy cerca del centro de la villa, siguiendo la Rúa do Carme, después de cruzar el puente sobre el río Sar, hay otro destino interesante por su arquitectura y espacios naturales, que se extienden en cinco hectáreas de terreno ajardinado. Es el Pazo de Lestrove, un edificio originario del siglo XVI que sirvió de mansión de recreo a los arzobispos compostelanos y que hoy es un hotel-monumento con categoría de cuatro estrellas.
También se le conoce como Pazo Ángel de la Guarda por la advocación de su capilla. Os sugerimos que entréis en ella para ver una impresionante talla a tamaño natural de la Dolorosa, obra del escultor Ferreiro. Otro de los elementos que más encanto reúne es una fuente de piedra de tres alturas coronada con un Santiago peregrino, que nos da la bienvenida desde el patio de la entrada.

Los afamados pimientos de Padrón

Al terminar el recorrido podéis cenar en el restaurante del pazo u optar por hacerlo en Padrón. En los restaurantes, taperías, pulperías y tascas tradicionales del casco antiguo no faltan los productos de la mesa típicamente gallega. Aquí el protagonista es el pimiento de Padrón de la Denominación de Origen Protegida Pemento de Herbón, por el que es conocido este municipio y el dicho que acompaña a su degustación: “Unos pican y otros no”.

Día 2º

Los jardines de Santiago y de los pazos de su entorno

La Alameda, el gran espacio verde de Compostela

Aprovechando la cercanía de Padrón con Santiago de Compostela, os proponemos dedicar la mañana a conocer sus espectaculares espacios verdes. Podemos llegar por la autopista o por la carretera nacional. Encontraréis una oferta hotelera variadísima para alojaros: hoteles con encanto, hostales, pensiones, albergues y establecimientos rurales.

Al llegar, os sugerimos comenzar el recorrido por la Alameda, que se podría considerar el jardín palaciego de la ciudad, por el papel que jugaba en la vida de la hidalguía gallega como área de esparcimiento y recreo. Las mismas actividades que los habitantes actuales de la ciudad desarrollan en este espacio tan próximo al centro. Se divide en tres zonas: A Alameda, la Carballeira de Santa Susana y A Ferradura; cada una pertenece a épocas y diseños diferentes.

La escultura de “As Marías”, la más fotografiada
La Alameda nace a la entrada de Porta Faxeira, donde nos reciben alineaciones de plátanos, camelios, un magnífico ejemplar de Sequoia sempervirens y una magnolia plantada por la Sociedad de Amigos del País. Al final nos encontramos con la escultura de “As Marías”, que representa a dos mujeres que fueron muy populares en Compostela. Es habitual verla rodeada de gente deseosa de tener una foto junto a estos pintorescos personajes.

Detrás de la escultura se extiende un gran paseo central, antaño reservado a la alta sociedad compostelana. Las clases sociales menos privilegiadas podían recorrer los laterales, donde filas de camelios y tilos plateados dan sombra a bonitos bancos de piedra y forja de la antigua fundición de Sargadelos. Si nuestra visita coincide en invierno veremos esplendorosos los ejemplares de magnolia de Soulange.

El paseo central de la Alameda estaba reservado antaño a la alta sociedad y los laterales a las clases más modestas

Robles, camelios y eucaliptos centenarios

Un estanque y el templete de la música terminan de componer este ambiente modernista. También detrás de “As Marías” vemos un camino que asciende hasta la iglesia de Santa Susana, que se rodea de una magnífica robleda con ejemplares de más de trescientos años. Éste es el espacio más antiguo de todo el conjunto, mercado local desde la Edad Media y que algunos compostelanos aún recuerdan como escenario de la feria de ganado.

A Ferradura enlaza los dos extremos de la Alameda. Por uno de sus lados una gran bóveda de robles en compañía de camelios centenarios, conocido como el Paseo de los Leones por las dos estatuas que figuran en sendos pilares a la entrada, cubre el paseo. Desde aquí la catedral y la zona monumental nos regalan el escenario perfecto para una foto.

Desde la estatua de Rosalía de Castro se contempla el Campus Universitario

Más adelante, un enorme Eucaliptus globulus, ya centenario, nos ofrece un banco de madera a su alrededor para sentarnos un rato a respirar el aire perfumado de sus hojas y contemplar la fachada catedralicia del Obradoiro. A continuación, otro interesante espacio presidido por la estatua de la insigne poetisa gallega Rosalía de Castro nos proporciona una vista privilegiada al Campus Universitario. Se completa con otras esculturas como la de “la Lechera”, además de fuentes y estanques y un alto palomar.

A Ferradura cuenta con notables ejemplos arbóreos, como la “Perona”, un espécimen de Abies nordmanniana plantado en 1947 para conmemorar la visita de Eva Perón. También hay algunos cipreses de Lawson, abetos del Cáucaso o cedros y destacan las filas de palmeras canarias y de castaños de Indias.

El Pazo de San Lourenzo cobija más de cien especies vegetales

Desde el mirador a los jardines del Campus Sur descienden unas magníficas escalinatas. Si bajamos por ellas y nos desviamos a la derecha, cruzando la Avenida das Burgas, llegaremos a la robleda de de San Lourenzo. A sus espaldas se levanta el pazo del mismo nombre, construido entre los siglos XIII y XVII, incluido dentro del Patrimonio Artístico Nacional.

Su extenso bosque y sus jardines, completamente amurallados, esconden más de cien especies vegetales. La joya se halla en el jardín claustral y es un gran seto de boj de cuatro siglos de vida tallado con una rica simbología religiosa, que lo convierte en la pieza más relevante de la jardinería geométrica española de tipo religioso.

En el casco histórico degustamos las típicas raciones gallegas

El final del recorrido coincidirá con la hora de la comida. Las calles del casco histórico, en especial la Rúa do Franco, A Raíña y otras próximas, ofrecen una gran variedad de locales donde degustar las típicas raciones gallegas: pulpo á feira, raxo, pimientos de Padrón, oreja de cerdo, berberechos, mejillones, lacón o jamón asado, entre otras. O, si preferís, podéis decantaros por un caldo y cocido gallego, mariscos o pescados en caldeirada o ternera gallega.

Ejemplares gigantes de camelio en el Pazo de Santa Cruz de Ribadulla

A pocos kilómetros de Santiago existen dos magníficos ejemplos de jardines palaciegos, perfectamente señalizados en el trayecto por la N-525 en dirección Ourense. El primero es el Pazo de Santa Cruz de Ribadulla, a la altura del municipio de Vedra.

“Debo advertir que `aha´ es lo que dicen las camelias cuando abren,
y `hota´ cuando se desprenden de la rama y caen;
los japoneses son quienes nos han enseñado esto”.

Álvaro Cunqueiro

El desvío lo encontraréis indicado como Pazo de Ortigueira, por el lugar donde se sitúa. Muchos expertos lo consideran el espacio botánico ornamental más fascinante de Galicia. Las camelias están aquí representadas con múltiples variedades y algún ejemplar gigante. En la conocida como Carrera de las Novias forman un hermoso pasillo de ambiente bucólico. Pero si lo que preferís es magia y misterio, entonces recorred la Carreira das Oliveiras, un largo paseo entre olivos centenarios, cuyas ramas se entrecruzan sobre nuestras cabezas. Tampoco debéis perderos rincones llenos de encanto como la fuente barroca de la Coca o la Cascada.

La belleza de los jardines del Pazo de Oca

Si después nos reincorporamos a la N-525 en dirección a Ourense encontraremos el desvío al Pazo de Oca, ya en el ayuntamiento de A Estrada. Muchos lo llaman el “Versalles gallego” por la belleza de sus jardines. En el exterior, pazo y capilla se unen en ángulo recto por un corredor de arcos formando un hermoso conjunto delante de la plaza.

El gran estanque que atraviesa el jardín posee un puente que separa de manera simbólica el bien y el mal

En el interior pueden visitarse los jardines, totalmente amurallados. Uno de los elementos más llamativos es un gran estanque a modo de río que cruza diagonalmente el jardín. Un puente de arcos de piedra, bajo el que se refugia un embarcadero, lo atraviesa en el medio de su curso. Separa simbólicamente el bien, representado en una mitad del estanque por un pescador de piedra; del mal en la otra, con esculturas de cañones y fieras pétreas.

En el jardín francés es posible admirar un laberinto de boj, inspirado en un dibujo del pavimento de la catedral de Canterbury. Los cultivares de camelias se prodigan por muchos rincones. En la avenida de los Tilos es fácil evocar escenas de época con paseos o carreras a caballo. Os aconsejamos que os dejéis perder recorriéndolo todo para encontrar fuentes, lavaderos, jarrones y hornacinas de piedra y cerámica con plantas en su interior. Hallaréis especímenes destacables como una gran Camellia reticulata, una Cryptomeria japónica centenaria o una secuoya roja, entre otras muchas variedades vegetales.

Cenamos en Vedra

A la hora de cenar os recomendamos parar en Vedra antes de regresar a Santiago para saborear su rica gastronomía. Productos como la oreja de cerdo y los vinos y aguardientes del Ulla gozan de fiesta propia en este municipio.

Día 3º

Los jardines palaciegos de las Rías Baixas

Siguiendo la pista de bellos jardines palaciegos, os proponemos dirigiros a la comarca de O Salnés, en las Rías Baixas, después del desayuno. Además, aquí resulta muy fácil encontrar alojamiento, pues existe una amplia oferta y de calidad en toda la zona. Incluso si consideramos hospedarnos en un Parador, encontraremos el excepcional Pazo de Bazán en Cambados y, próximo también, el de Pontevedra, ubicado en un céntrico palacio renacentista.

La camelia reina en el Pazo de Rubiáns, entre más de cien especies de flores

Por la autopista AP-9 llegaremos a Vilagarcía de Arousa, en cuyas afueras, por la carretera de Pontevedra, está el Pazo de Rubiáns. Aquí la camelia es la señora entre más de cien especies de flores, desde que el duque de Caminha las obsequió a esta finca a principios del siglo XIX. Hoy se recogen sus semillas para destilar el aceite esencial con el que las monjas del monasterio de Armenteira elaboran jabones artesanos, que también encontraréis en el pazo.

En sus 65 hectáreas de extensión, el pazo guarda, además del jardín, un monte de alcornoques y un viñedo de albariño, que alimenta la producción de vinos de la bodega, amparada por la Denominación de Origen Rías Baixas. Os llamarán la atención sus ejemplares de Eucaliptus globulus, plantados en 1820 como regalo del obispo de Tui. Están entre los más grandes de Europa, con catorce metros de perímetro.

La bodega y los jardines del Pazo de Fefiñáns

Desde Vilagarcía de Arousa pronto llegaremos a Cambados. En esta villa tan marinera como señorial podemos visitar los jardines y el Pazo de Fefiñáns, en la céntrica plaza del mismo nombre, donde también se levanta la iglesia de San Benito, una atalaya-mirador y un bello arco-puente barroco. Todo el conjunto está declarado Bien de Interés Cultural.

El interior del pazo alberga la bodega más antigua del lugar, en activo desde 1904. Recorreremos una extensión de una hectárea de viñedo en emparrado y pasearemos entre los jardines, que guardan especies autóctonas y bojes centenarios, cuidados con esmero. También es posible acceder a las estancias del pazo, donde descubriremos el gusto refinado de la hidalguía gallega que se asentaba en villas y ciudades.

Los eucaliptos del Pazo de Rubiáns,
con 14 metros de perímetro,
están entre los más grandes de Europa

Pescado y marisco en Cambados, “capital” del vino albariño

Tras la visita será ya hora de comer. En las calles aledañas se concentran restaurantes, mesones y taperías que nos sorprenderán con sus mariscos y pescados de la ría. No olvidéis regar la comida con un albariño de la Denominación de Origen Rías Baixas, no en vano estamos en su “capital”.
 

Los múltiples colores de la camelia en la finca de A Saleta
Por la tarde podemos organizar la visita a la finca de A Saleta en el próximo municipio de Meis. En esta ocasión nos aguarda una gran casa de labranza con hórreo, palomar y capilla. El conjunto está rodeado por cinco hectáreas de robles, eucaliptos y alcornoques y un jardín de tipo inglés, diseñado por la paisajista Brenda Colvin.

También aquí la camelia es protagonista, tiñendo el paisaje de blanco, rosa, rojo, violáceo o jaspeado durante su floración. Pero también encontraremos rododendros, azaleas, protáceas y mirtáceas australianas y ericáceas sudamericanas, perfectamente etiquetadas e identificadas.

Impresionantes ejemplares de camelia en el Pazo de Lourizán

Ponemos rumbo a Pontevedra. Muy cerca de esta población, en la carretera que se dirige a Marín, se encuentra el Pazo de Lourizán y su gran finca de 54 hectáreas, que hoy alberga el Centro de Investigaciones Forestales. Su relevancia botánica y arquitectónica merece una visita.

Nos impresionará la gran edificación de estilo modernista, con una escalinata de corte imperial, profusas columnas, enormes ventanales, estatuas y ornamentos. La hizo levantar el político Montero Ríos, quien negoció el Tratado de París de 1898 que puso fin a la guerra hispano-norteamericana.

El entorno contiene numerosos puntos de interés como el invernadero de cristal, el palomar, el hórreo, el lagar, las ruinas del molino, el lavadero, la charca de las truchas, el Parque de las Rías, diversas fuentes históricas y la Gruta de los Espejos, adornada con vidrios de colores.

El Jardín Botánico posee
castaños japoneses y chinos,
cedros del Líbano y
olmos holandeses


El Jardín Botánico, creado en 1949 con la denominación de “Arboreto”, conserva especies tanto exóticas como autóctonas que se plantaron desde el siglo XIX hasta la actualidad. El cedro del Líbano, la Metasequoia glyptostroboides y la formación de castaños japoneses y chinos están incluidos en el Catálogo de Árboles Singulares de Galicia. Pero también destacan el olmo holandés, las palmeras reina o la avenida de magnolias. Los expertos califican como “impresionantes” sus ejemplares de camelia “Alba Plena”. Los cultivares de camelias más antiguos datan del siglo XIX.


Tras la visita podéis cenar en Pontevedra. En el casco histórico de la ciudad encontraréis buenos mesones y restaurantes de la excelente cocina tradicional gallega.

Día 4º

El castillo de Soutomaior y su Jardín de Excelencia Internacional

Tras el desayuno en Pontevedra os aconsejamos aprovechar la mañana con una última visita al castillo de Soutomaior, en la localidad cercana del mismo nombre, a donde llegamos en poco más de media hora en coche. Sus jardines han sido los primeros de España en obtener el título de “Jardín de Excelencia Internacional”, otorgado por la Sociedad Internacional de la Camelia durante el Congreso Internacional de la Camelia, celebrado en China en 2012, dada la importancia que esta flor tiene en el parque botánico de Soutomaior.

El árbol de camelia más ancho de Galicia

En este parque botánico existen 400 plantas de camelia de hasta 25 especies diferentes, algunas de las cuales son centenarias. Uno de los ejemplares consta de 18 troncos que crecen desde la base del árbol y un diámetro de copa de 17 metros, lo que la convierte en la más ancha de Galicia.

En sus 35 hectáreas de extensión conviven palmeras, naranjos, eucaliptos, castaños, robles y magnolios sobre esta colina en la que se alza el castillo medieval. Su construcción primitiva data del siglo XII y en él hizo su feudo Pedro Madruga, figura clave de la Galicia del siglo XV, tanto en la lucha contra las revueltas campesinas como contra los Reyes Católicos.

Al conjunto amurallado se accede por un puente levadizo. Sobre la puerta distinguiremos el escudo de los marqueses de Mos. Dentro del palacio podemos contemplar las estancias totalmente restauradas y la excelentemente labrada “Galería de Damas”, que constituye un magnífico mirador al patio de armas.

 

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