Esta experiencia conjuga la visita a algunos de los más bellos jardines palaciegos y señoriales de Galicia con un recorrido por los viñedos y las bodegas con Denominación de Origen. En este viaje el vino acompaña a los excelentes pescados y mariscos de las rías gallegas.

Esta experiencia conjuga la visita a algunos de los más bellos jardines palaciegos y señoriales de Galicia con un recorrido por los viñedos y las bodegas con Denominación de Origen. En este viaje el vino acompaña a los excelentes pescados y mariscos de las rías gallegas.

Os sugerimos vivir una experiencia enoturística combinada con la visita a los mejores jardines palaciegos y señoriales de Galicia. En estos espacios la flor de la camelia brilla con luz propia. Y se acompaña de otras especies, autóctonas y exóticas, de alto valor botánico y estético, cuidadas con mimo y esmero. A nuestro paso también nos veremos rodeados de huertos, frutales y viñedos, de cuyas uvas salen los excelentes caldos de las denominaciones de origen gallegas.

Más información...
- Pazo de Bazán. Teléfono: 986 542 250
- Museo Etnográfico e do Viño. Teléfono 986 526 119
- Bodegas del Palacio de Fefiñanes. www.fefinanes.com
- Pazo de Rubiáns. www.pazoderubianes.com
- Pazo Quinteiro da Cruz. www.pazoquinteirodacruz.es
- Finca de A Saleta. Teléfono: 986 872 323
- Castillo de Soutomaior. www.hotelpousadadelcastillo.com   

Día 1º

En Cambados, la cuna del albariño

Cambados, villa señorial y marinera, está situada en la comarca pontevedresa de O Salnés, en las Rías Baixas. Es un excelente punto de partida para esta aventura que marida viñedo y jardín. Será muy fácil llegar hasta aquí gracias a la proximidad de la Autopista del Atlántico (AP-9) y de otras importantes vías de comunicación.

Os recomendamos llegar a primera hora de la tarde, con tiempo para instalaros en el hotel y comenzar a descubrir los múltiples encantos de la zona. La oferta de alojamiento incluye pazos, casas rurales y señoriales y también bodegas que ofrecen hospedaje. La insignia hotelera es el magnífico Pazo de Bazán, edificio del siglo XVII, convertido hoy en Parador de Turismo, donde en su día se alojó el General De Gaulle. 

El pazo goza de una céntrica ubicación, frente a la Alameda da Calzada, donde los chopos y los álamos dan sombra a los visitantes durante la “Festa do Viño Albariño”, que se celebra en la primera semana de agosto y está declarada de Interés Turístico Nacional. Si hacéis coincidir la visita con este evento veréis el lugar convertido en un bullicio de gente entregada a la buena comida, bebida y charla en las casetas que instalan los bodegueros. Durante esos días ofrecen sus mejores albariños a precios populares, que se pueden acompañar con los excelentes mariscos de la ría.

Los secretos del vino de O Salnés

Os proponemos comenzar la tarde en el Museo Etnográfico e do Viño, uno de los primeros de temática vitícola que se fundó en España. Desde la Alameda da Calzada transitamos un tramo de la Avenida de Vilariño hasta el cruce con la rúa de San Francisco, que seguimos hasta donde se cruza con la Avenida da Pastora, por donde ascendemos hasta llegar al museo. Está instalado en una antigua casa rectoral del siglo XVI, llamada Casa de Ricoy, y lo identificaremos por su gran letrero en la fachada. En su interior descubrimos los secretos del vino de O Salnés y de la Denominación de Origen Rías Baixas.

Las ruinas de Santa Mariña Dozo

A pocos pasos se encuentran las ruinas de Santa Mariña Dozo, declaradas Monumento Nacional, que albergan un cementerio, al que Álvaro Cunqueiro describió como “el más melancólico camposanto”. En cuanto atraveséis la verja que da paso a lo que queda de esta iglesia, representativa del estilo gótico marinero, comprenderéis por qué su visita es imprescindible. Los restos que se conservan de los muros de piedra aún sostienen unos arcos, desnudos cara el cielo, pero ricamente ornamentados con adornos de bolas. En el suelo se reparten el espacio multitud de lápidas con cruces, esculturas y las flores que las decoran, junto a la rebelde vegetación arbustiva que se hace fuerte entre las piedras.

Las hipótesis que hablan de la destrucción parcial de la iglesia en el siglo XIX apuntan a un incendio, fortuito o provocado, debido a los enfrentamientos o a las continuas revueltas de la época. La sensación de melancolía y romanticismo que puede inspirar este lugar se multiplica en días nublados o, si son soleados, a la hora en la que el Sol declina por el Atlántico desde el Monte da Pastora. En ese momento este escenario se presta a bellos juegos de luces entre los arcos, por lo que será una buena oportunidad para captar unas preciosas imágenes.

De vinos por el barrio de Fefiñáns

Una vez concluida la visita seguro que ya será una hora apetecible para la degustación de los vinos albariños de O Salnés. Os sugerimos volver al centro de Cambados y adentraros en el aristocrático barrio de Fefiñáns hasta llegar a la plaza del mismo nombre. Esta formidable explanada de piedra está rodeada por un conjunto artístico levantado en el siglo XVI y declarado Bien de Interés Cultural. De él forman parte la iglesia de San Benito; una atalaya-mirador, llamada Torre del Homenaje; un precioso arco-puente de traza barroca; y el portentoso Pazo de Fefiñáns, flanqueado por dos curiosos balcones circulares a modo de púlpitos.

Una visita a las bodegas de Fefiñáns

El interior del Pazo de Fefiñáns alberga desde 1904 la bodega más antigua del lugar. Bodegas del Palacio de Fefiñanes produce tres tipos distintos de albariño y orujos. Si lo programamos con antelación podemos recorrer sus distintas salas de fermentación, crianza y embotellado. Y ver el proceso productivo in situ, acompañados del personal de la bodega, que nos guiarán para explicarnos paso a paso la elaboración de sus caldos, que podremos degustar. En unas instalaciones con tanta solera vemos cómo conviven las modernas tecnologías productivas en armonía con la crianza del vino en barricas de roble, guardadas en un ambiente dominado por la piedra y la madera.

El viñedo, el jardín y el bosque “mágico” del Pazo de Fefiñáns

Otro atractivo intramuros del pazo es el viñedo histórico, cuyo recorrido organiza la Bodega Gil Armada. Es posible pasear por la plantación guiados por una enóloga, que nos explicará las cualidades particulares de esta uva, su cultivo, su clima y su suelo. Después nos acompañará en la cata final para ayudarnos a identificar aromas que recuerdan al limón, la hierba mojada, la rosa silvestre o a las frutas tropicales. Toda una sinfonía de olores y sabores que pueden salir de nuestra copa.

Al final de las huertas, donde se conservan estos antiguos viñedos, está el bosque “mágico”. El apelativo es merecido, pues aparece por sorpresa tras atravesar un pasillo de vides en emparrado. Como por arte de magia nos vemos dentro de una impresionante bóveda de boj, rodeada de especies autóctonas como robles y castaños centenarios. También recorreremos el jardín, que, según la época, se deja invadir de diferentes colores y olores, gracias a las rosas, las peonías, las lilas, el heliotropo, el philadelphus o el muguet, entre otras.

El interior del pazo

La misma bodega también organiza la visita a las estancias del pazo, cuya decoración refleja los gustos exquisitos de una hidalguía asentada en villas y ciudades, más alejada del universo cultural campesino. Seguro que os sorprenden elementos como el bello papel pintado inspirado en motivos orientales de uno de los salones. Fue un capricho exótico traído por el primer marqués de Figueroa de Rusia, donde ejerció como embajador a principios del siglo XIX.

Pescado, marisco y albariño

Al despedirnos de las bodegas y de sus distintos espacios será hora de cenar. Pescados y mariscos de esta ría preparados a la plancha o con salsas y guarniciones más o menos sofisticadas, incluso a base de albariño, reinan en los menús de los restaurantes y locales de tapeo de las calles colindantes a la Praza de Fefiñáns.
 

Día 2º

Camelias y viñedos en los pazos de Vilagarcía de Arousa y Ribadumia

El Pazo de Rubiáns, un majestuoso jardín de invierno

Después de un desayuno tranquilo en Cambados os aconsejamos comenzar la mañana con una visita de alto valor botánico, enológico e histórico-artístico. Nos referimos al Pazo de Rubiáns, muy próximo a la población de Vilagarcía de Arousa, a donde llegaremos en apenas veinte minutos en coche por la VRG-43.

Al situarnos ante el portalón de entrada a la finca ya reparamos en la inscripción histórica realizada por García de Caamaño y Mendoza, Señor de la Casa de Rubiáns. La visita, de dos horas de duración, estará guiada por personal de la finca y se desarrollará como un paseo muy didáctico por los jardines, el parque, el bosque y el viñedo hasta concluir en el interior de la Casa de Rubiáns, que, desde su reforma en el siglo XVIII, quedó convertida en pazo.

Las camelias imperan en el Pazo de Rubiáns, desde que el duque de Caminha se las regaló a los señores de esta finca a principios del siglo XIX

Aquí la camelia es la señora entre más de cien especies de flores, desde que el duque de Caminha las obsequió a los señores de esta finca a principios del siglo XIX. La edad y el porte las han convertido en formaciones sorprendentes. Hoy existen más de 35 especies y 800 variedades diferentes, que hacen de Rubiáns un jardín de invierno majestuoso.

Uno de los lugares míticos del paseo es el Estanque de las Ranas, con su pérgola y glorieta emparrada y circundado por plátanos y bojes. Tras él nos adentramos en un bosque ajardinado de frondosos árboles de especies caducifolias. Si el día es soleado fijaos cómo la luz revela toda la vegetación del sotobosque.

Podremos participar en la vendimia, si es la época

Desde este espacio ascendemos por una ladera cultivada fundamentalmente de albariño, desde donde disfrutamos de unas magníficas vistas de la ría y de Vilagarcía de Arousa. El viñedo se extiende a lo largo de 25 hectáreas y su laboreo se realiza en “emparrado” y “espaldera”. Quizás podamos observar las tareas de los operarios del viñedo. Si lo deseamos también es posible participar en la vendimia, cuando sea la época, programándolo previamente.

Tras el viñedo descubrimos la zona más nueva del jardín, de 25 mil metros cuadrados, que alterna zonas de pendiente rocosas y un bello salto de agua. La filosofía que impulsa los trabajos aquí, algunos aún en fase de proyecto, es recuperar una zona que quedó afectada durante la ola de incendios de 2006 en Galicia.

El peculiar olor del alcanfor

Nuestros anfitriones no dejarán que perdamos detalle del conjunto de elegantes criptomerias, de palmeras, de las magnolias perennifolias de la entrada, de los calocedros, de los enormes alcornoques y de los alcanforeros, invitándonos a partir una hoja de estos últimos para comprobar el típico olor del alcanfor. Seguro que también nos asombraremos ante la magnitud de los gigantescos ejemplares de Eucaliptus globulus plantados en 1820, entre los que se encuentra el más grande de Europa, con 14 metros de perímetro. Las sorpresas parecen no tener fin en Rubiáns.

Visita al interior del pazo, su panadería y su bodega

Después de recorrer el exterior es el momento de adentrarnos en el pazo, con estancias decoradas al estilo dieciochesco. Asimismo, visitaremos la capilla familiar, una construcción del siglo XVI consagrada a San José, donde podemos observar una rareza de la simbología religiosa: los esponsales de la Virgen. También encontraremos inusual la representación del conocido como “San José Milagreiro”, una imagen del santo de joven con el Niño Jesús en brazos.

Terminamos con un recorrido por diversas construcciones que llevan en pie desde el siglo XV, como la panadería, la bodega, las caballerizas o cuadras, que se han restaurado y hoy dan servicio a las visitas y a la tienda. En ella encontramos productos de elaboración artesanal relacionados con el universo vegetal de Rubiáns como velas de alcanfor, jabones de aceite de camelia, joyería artesana, además del vino producido en las bodegas del pazo.

Las almejas de Carril

Para cuando sea la hora de comer os proponemos hacer un pequeño trayecto en coche hasta Vilagarcía de Arousa, una de las principales poblaciones de Galicia, donde sus restaurantes sirven excelentes pescados y mariscos. Otra opción es conducir diez minutos más hacia el norte, hasta llegar al pueblo de Carril, famoso por sus almejas, exaltadas con una fiesta gastronómica propia en agosto. Os recomendamos un menú de este exquisito bivalvo, acompañado con otros mariscos de la zona, sin renunciar a los albariños de la subzona de O Salnés, de la Denominación de Origen Rías Baixas.

La “Camelia de Oro”, en el Pazo Quinteiro da Cruz

Tras la sobremesa, os animamos a visitar uno de los ejemplos de jardín palaciego más sobresalientes de Galicia, el Pazo Quinteiro da Cruz, en la parroquia de Lois, dentro del ayuntamiento de Ribadumia. Es un espacio de elevado valor botánico y ornamental, donde la camelia es la protagonista del jardín, no sólo porque aquí se cultivan más de mil variedades, sino porque se hace con mimo y sabiduría, gracias a lo cual ha sido merecedor, en varias ocasiones, del galardón “Camelia de Oro”, en el Concurso-Exposición Internacional de la Camelia.

El Pazo Quinteiro da Cruz posee instrumentos del lagar y aperos de labranza catalogados en el patrimonio histórico vitícola europeo.

Al pasear por esta finca de siete hectáreas comprobaréis cómo el entorno parece que destila la esencia de buena parte del simbolismo gallego por los elementos que lo componen: la casa solariega; una bella construcción del siglo XVIII; dos hórreos espectaculares, uno que mide hasta 15 metros de longitud y el otro asimilado a un estanque-lavadero; dos cruceiros, fuentes ornamentales, el palomar y la capilla. Notaréis cómo todos se envuelven de la sencilla belleza del granito gallego, macerado durante décadas en la humedad del musgo y del liquen.

La finca incluye un alpendre porticado donde se exponen elementos de importante valor etnográfico como una antigua lareira, instrumentos del lagar y aperos de labranza, catalogados en el patrimonio histórico vitícola europeo y en el patrimonio histórico-artístico de Galicia.

Una bodega familiar

El jardín está rodeado de viñedos de albariño, que también vamos a recorrer. De ellos extraen una producción limitada, pero exquisita, con la que elaboran sus cotizados vinos blancos en la bodega familiar, alojada en una antigua construcción de piedra dentro de la finca. En el interior podéis contemplar todo el equipamiento necesario para la criomaceración del mosto y el posterior proceso de fermentación y control, a baja temperatura, en tanques de acero inoxidable. Al finalizar la visita será buena hora para catar sus caldos.

Cenamos en O Grove y pasamos la noche en la isla de A Toxa

Terminado el recorrido os proponemos ir en dirección suroeste hacia O Grove, población conocida como la “capital del marisco” y disfrutar de una pequeña caminata por el Paseo Marítimo observando la intensa actividad de su puerto deportivo, antes de la cena. Cuando el apetito se manifieste, cualquiera de las marisquerías de la zona seguro que será de vuestro agrado. A la hora de dormir encontraréis alojamiento de gran calidad en la bella y próxima isla de A Toxa, ya que dispone de dos hoteles-balneario y un hotel-talaso, que son emblema de lujo y termalismo.

Día 3º

Marisco, jardines y aguas mineromedicinales

Una travesía por la ría de Arousa

Tras disfrutar de un buen desayuno con unas estupendas vistas al mar y al contorno de la ría de Arousa desde A Toxa, nos embarcamos en una travesía marinera por la ría, para descubrir sus encantos paisajísticos y su riqueza marisquera. No olvidéis que las Rías Baixas gallegas están consideradas una de las mayores reservas de fitoplancton del planeta, según la FAO. Ésta es la razón de que diferentes mariscos criados aquí en bateas (plataformas de madera sobre el mar) obtengan un tamaño y sabor excepcional.

Para iniciar la aventura será necesario desplazarnos de nuevo al puerto deportivo de O Grove, a sólo cinco minutos en coche, desde donde salen veleros, catamaranes o barcos de fondo transparente que realizan estas travesías por la ría. Muchos de ellos ya ofrecen la comida a bordo, a base de un menú típicamente gallego que suele incluir la degustación de marisco fresco, en empanada gallega y en otras preparaciones típicas, acompañado de vino albariño de la Denominación de Origen Rías Baixas, por lo que os aconsejamos esta opción.

El trabajo en las bateas

Durante la excursión se fondea al lado de verdaderos bosques de algas, fáciles de observar desde el fondo acristalado del barco. También nos detenemos ante las bateas para comprobar el duro trabajo de los bateeiros, que realizan, con ayuda mecánica, el desdoble de las cuerdas que sujetan el marisco y que pueden pesar hasta 300 quilos. Y las limpian de algas o parásitos para que no afecten al crecimiento de los mejillones, ostras o vieiras cultivadas en la batea. Desde el fondo transparente del barco es posible ver cómo esas cuerdas penden hacia el fondo marino y además descubrir bancos de peces de distintas especies, como sargos, bogas o peces ballesta.

Cuando desembarquemos en el puerto de O Grove, podemos recomponernos del viaje tomando un refrigerio sentados en alguna terraza cercana para después poner rumbo al ayuntamiento de Meis, a donde llegaremos tras una media hora escasa por la AG-41.

La finca de A Saleta, un referente botánico

En este entorno se encuentra la finca de A Saleta, referencia botánica en los registros de “Jardines de España” de la Sociedad Española de la Camelia, de importante relieve en el cultivo de esta flor. Aquí se cultivan 200 ejemplares de camelia alrededor de una pradera que aparece teñida de blanco, rosa, rojo, violáceo y jaspeado durante la floración (entre noviembre y marzo).

También nos salen al paso rododendros, azaleas, protáceas y mirtáceas australianas y ericáceas sudamericanas, perfectamente etiquetadas e identificadas; un pasillo con diferentes variedades de enredaderas y lugares donde los arbustos han pasado a la categoría de árboles. La finca está rodeada por cinco hectáreas de robles, eucaliptos y alcornoques, entre los que se esconde un palomar octogonal. En general vamos a ver un jardín donde reina un caos perfectamente ordenado, diseñado por la paisajista Brenda Colvin.

Al lado de la casa de labranza encontramos un hórreo y una capilla, que aún conserva un retablo y una bóveda policromada, donde se dan cita los vecinos para celebrar el día de A Virxe da Saleta.

Un tratamiento termal en A Toxa

Cuando concluya la visita os recomendamos volver a la isla de A Toxa y entregaros a una tarde de relax, que aproveche los efectos salutíferos del agua de mar o de los manantiales. También podéis recibir un tratamiento de belleza, relax o salud. Los hay tan sugestivos como los que combinan la talasoterapia con las propiedades benéficas de la uva albariña. Así tampoco dejamos de lado otro de los aspectos que la viticultura de O Salnés exporta a campos como el terapéutico o el cosmético.

Tras el tratamiento termal siempre es apropiado y hasta deseable terminar de relajarse con una pequeña siesta. Al despertar nos sentiremos completamente descansados para dar un paseo por la isla, que nos sentará bien antes de cenar y nos abrirá el apetito. Las orillas de la isla ofrecen vistas privilegiadas a la ría, pisando la arena de la playa, o desde paseos con blancas balaustradas. También existen en el interior sendas jalonadas de palmeras y un parque de pinos para respirar aire puro.

 

 

Día 4º

De A Toxa a Combarro, Pontevedra y Soutomaior

La tradición jabonera de A Toxa

Al acabar el desayuno, no podemos abandonar la isla sin visitar la singular capilla de las Conchas, en pleno centro. El interior conserva cierto aire marinero, pero la verdadera atracción es el exterior, completamente recubierto de conchas de vieira, que nos ofrece un decorado perfecto para inmortalizar la visita con una foto.

Si deseamos ultimar las compras y regalos podemos acercarnos hasta la tienda-museo de “La Toja”, marca que produce uno de los jabones con más tradición de España, además de otros productos de higiene y cosmética. En su interior seguiremos su historia a través de paneles explicativos, y encontraremos a la venta sales, jabones o cremas, elaboradas con las aguas termales. Al dejar la isla será inevitable tropezar con las vendedoras de collares de conchas, que se apostan junto a la carretera, dando la bienvenida y despidiendo a los visitantes.

Os invitamos a seguir la ruta por la PO-316 y la PO-308, carretera costera que recorre el sinuoso perfil norte de la Ría de Pontevedra. A nuestro paso iremos encontrando pueblecitos marineros e importantes poblaciones turísticas, como Sanxenxo y Portonovo.

El encanto de Combarro

Poco antes de llegar a Pontevedra se anuncia la población de Combarro, asombrosa por su singular tipismo marinero. Os recomendamos hacer una pequeña parada y adentraros en su conjunto histórico hasta la plaza de San Roque y pasear por sus calles en pendiente, que descienden hacia la ría. Desde aquí tendremos la sensación de estar sobre una gran mole de granito, donde se han esculpido las casas con sus soportales y sus balaustradas de forja, piedra o madera.

Durante el paseo encontraremos gran número de cruceiros, la mayoría con la imagen de la Virgen y Jesús, unidos por sus respectivos costados. Si probamos a mirar hacia donde lo hace el Cristo estaremos dirigiendo la vista a tierra y si hacemos lo mismo con la Virgen nos orientamos hacia el mar. Ésta es la peculiaridad de los cruceiros de Combarro.

Después continuad hacia la playa de Padrón, que nos revela la panorámica más sorprendente de Combarro, formada por treinta hórreos alineados a pie de mar. Adornados de plantas, incluso con la pintura descascarillada y con pequeñas islitas de hierba en sus tejados, su aspecto resulta cautivador. Tradicionalmente, los marineros los usaban como secaderos de pescado y almacén de maíz, patatas y otros productos traídos en barca del otro lado de la ría, donde poseían tierras de labranza, por ser las de su orilla montunas y menos apropiadas para el cultivo.

Las animadas plazas del casco histórico de Pontevedra

Al partir de Combarro, siguiendo la misma dirección hacia el interior de la ría, enseguida llegamos a Pontevedra, donde os proponemos almorzar en alguna de las tascas, bares o restaurantes de su casco histórico, del que presumen los pontevedreses por ser uno de los mejor conservados de Galicia. El café de la sobremesa reservadlo para la terraza de alguna de las bellas plazas de la ciudad, como la de A Verdura, A Ferrería o A Leña, espacios públicos siempre muy animados, pues aquí se disfrutan con especial intensidad.

Tampoco podéis abandonar Pontevedra sin visitar la capilla de la Peregrina, una de las edificaciones más simbólicas de la ciudad, ya que es el santuario de su patrona. Su planta es prácticamente redonda, en forma de concha de vieira, y su fachada convexa está precedida por un atrio con escaleras adornado por una balaustrada con pináculos. En el cuerpo superior fijaos en las imágenes de Santiago, San Roque y la Peregrina, todos vestidos de peregrinos jacobeos, como protectores de los fieles que iban a Santiago por el Camino Portugués.

Las curiosidades del jardín del castillo de Soutomaior

Y para poner el broche de oro a la última jornada entre viñedos y jardines os animamos a visitar el único jardín de España declarado “Jardín de Excelencia Internacional”, título otorgado por la Sociedad Internacional de la Camelia. Se trata del parque botánico del castillo de Soutomaior, situado en el ayuntamiento del mismo nombre, dentro de la comarca de Redondela.

Por la N-550 llegaremos en aproximadamente 25 minutos. No debemos demorar mucho la visita, pues es un destino repleto de sorpresas, como una extensa colección que abarca más de 500 ejemplares de 25 especies diferentes de camelias. El protagonista es el ejemplar más antiguo, en cuya base crecen 18 troncos, que lo convierten en el de mayor porte de Galicia. Aunque por edad, el decano del lugar es un castaño de 800 años, dentro de un bosque con árboles autóctonos. También encontraremos palmeras, secuoyas, plantaciones de frutales y una espectacular panorámica de los viñedos dispuestos en bancales sobre la colina.

El exterior es de acceso libre y gratuito, sin embargo el interior del castillo está sujeto a horarios de mañana y tarde. Si tenéis oportunidad de visitarlo no perdáis la ocasión de conocer las estancias restauradas de esta fortaleza, donde Pedro Madruga, figura clave de la historia medieval de Galicia, tuvo su feudo.

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