El cabo Fisterra es un lugar mítico del occidente europeo, el fin del mundo para los romanos y el punto último de llegada de los peregrinos que realizan el Camino de Santiago. Pero en la base del cabo, un monte asciende hasta los 240 metros con el nombre de O Facho, significativa referencia a viejas señales que se les hacía a los barcos desde lugares visibles y elevados como se hacía desde la Casa do Facho, antigua construcción aún visible.

Desde el monte do Facho la inmensidad del Atlántico empequeñece al cabo Fisterra, con su faro levantado sobre un promontorio y haciendo frente al océano. La localización litoral genera que la vegetación se reduzca a matorrales y algún pino que aguanta estoico el azote de los vientos.