Desplazándonos a espacios abiertos podremos será posible observar cómo los machos, especialmente de aguilucho cenizo, se afanan en capturar insectos y pequeños mamíferos y reptiles para aportar comida a las hembras que, pacientes, esperan la eclosión de sus huevos. Es el momento de volver a los Humedales de A Terra Chá, a Calvos de Randín y Baltar o A Limia. Aquí los humedales son artificiales pero se encuentran sorprendentemente naturalizados ya que se han ido formando a partir de la inundación de antiguas explotaciones areneras y permiten observar los momentos finales de la nidificación de especies como, por ejemplo, el somormujo lavanco.
Con un poco de paciencia, podremos comprobar qué otras especies han criado: ánades azulones, zampullines chicos, fochas, gallinetas, etc. pueden verse en lagunas como la de Cospeito en A Terra Chá, la de Xarfas en Louro (Muros) o la de Vixán en el Parque Natural Complexo Dunar de Corrubedo. Aquí podremos ver, además, garzas imperiales, de fascinante camuflaje. Para observar garzas reales nidificando tendremos que desplazarnos, por ejemplo, al Embalse de San Martiño en la comarca de Valdeorras.
Si nuestra opción es emprender largas caminatas con los prismáticos al cuello, es un mes excelente para adentrarnos en los bosques mejor conservados de Galicia
Recomendamos acercarse a los de Os Ancares y Montes de Cervantes.. Caminando en silencio, preferiblemente a primera hora de la mañana, podremos escuchar gran variedad de especies forestales, incluso el escaso y esquivo picamaderos negro, el pájaro carpintero más grande de Europa. Bosques y castañares de la Serra do Oribio, O Courel y el Parque Natural das Fragas do Eume acogen también un importante elenco de aves forestales. Junio también es el mes ideal para intentar ver el verderón serrano, una especie que en Galicia está prácticamente restringida a los pinares de la Serra do Xistral, difícil de visitar durante muchos meses al año por su dura climatología.
Y no hay que olvidar otros bosques de gran importancia en los que la avifauna es asombrosa como los bosques fluviales o de ribera. Algunos de los mejores tramos se encuentran en torno al río Támega en Oímbra, Monterrei e Verín. Es el sitio idóneo para disfrutar de aves de distribución más restringida en Galicia como el ruiseñor de merecida fama debido a su canto. Sin salir de esta área, sus campiñas y pequeños bosques nos proporcionaran múltiples observaciones de aves menos frecuentes como los coloridos abejarucos, los escribanos hortelanos o, con suerte, el elanio azul.
Durante el mes de junio, el litoral marítimo no es tan pródigo en especies como en los meses anteriores o en invierno
Aun así, guarda algún pequeño tesoro como el chorlitejo patinegro, una pequeña limícola que cría en las playas más salvajes y menos transitadas. En este mes está finalizando ya la nidificación y, antes de que lleguen a las playas el mes de julio y sus veraneantes, es buen momento para tratar de observarlo desde la distancia. Para ello las mejores playas son la de Baldaio, Louro y Carnota y las del Parque Natural Complexo Dunar de Corrubedo e lagoas de Carregal e Vixán.
Y, como la temporada turística aún no ha llegado, es quizás un buen momento para acudir al Parque Nacional Marítimo Terrestre das Illas Atlánticas de Galicia con buen tiempo y disfrutar del entorno con muy pocos visitantes: un viaje de una jornada por cualquier ruta de las Illas Cíes o de la Illa de Ons nos permitirá presenciar la avanzada nidificación de las gaviotas patiamarillas. Los cormoranes moñudos ya han terminado de criar, así que podremos ver un buen número de ellos: adultos y jóvenes nacidos este año. Además, es probable observar un ave sorprendente y escasa, el vencejo real, presente en torno al faro de Cíes.