Aves entre rocas, bosques y viñedos
Prácticamente desde su entrada en Galicia hasta su confluencia con el Miño, el río Sil se abre paso de este a oeste encajado en un profundo valle que separa las provincias de Lugo y Ourense. Buena parte de este tramo está dominado por grandes paredones y roquedos graníticos que se desploman sobre las aguas del río Sil, hoy embalsado.
Las laderas con orientación sur gozan de una gran insolación que ha permitido desde hace siglos cultivar en ellas viñedos, muchos de ellos en pequeñas fincas que se han abierto prácticamente entre las rocas. La vegetación natural que crece en estas laderas de solana está compuesta por encinas, alcornoques, madroños y otras especies mediterráneas, mientras que las laderas con orientación norte albergan robledales (ocasionalmente mezclados con castañares) bien preservados por su vertiginoso desnivel. En los bordes, pequeñas aldeas rodeadas de cultivos y pastos completan el marco general de un espacio de gran heterogeneidad ambiental.