Erbo fue parroquia hasta el arreglo diocesano de 1890 en el que pasó a depender de San Xoán de Palmou, con el cual su iglesia quedó relegada a capilla, a pesar de la fuerte oposición vecinal. Algunos historiadores consideran  que fue lugar de paso ya desde época romana. Es evidente que en la edad media fue una zona densamente poblada tal como testimonian los numerosos vestigios románicos que se conservan en la zona. 

La iglesia de Erbo es un pequeño templo rural de una nave con sacristía y panteones arrimados en el muro norte. Este muro y el contrario son, no obstante, originales de la fábrica  románica, de finales del s.  XII – principios del  XIII, y conservan una puerta lateral con  lintel, la cornisa, las ménsulas, saeteras, y otros elementos. La ábside fue remodelada en época moderna, así como la sencilla fachada coronada por una espadaña simple y pináculos.