Situada  en los términos de la parroquia de  Darbo, desde lo alto se contempla una hermosa vista de la Ría de Vigo y de Cangas. Fue levantada en el siglo  XVI, probablemente por consecuencia de las fuertes pestes que arrasaron la comarca en esa época. En un principio estuvo dedicada a San Sebastián, patrón de todos aquellos salvados de una muerte segura. Este santo es representado  semi desnudo, atado a una árbol y con varias flechas clavadas en el cuerpo. En el siglo  XV San Sebastián es sustituido por San Roque, el cual está representado desde un principio enseñando sus heridas en los tobillos y acompañado siempre por un perro. Ambos santos pasaron a ser los protectores de la peste. Se veneraron con entusiasmo durante las epidemias de cólera que padeció Cangas en 1832, 1854 y 1892. Los sacaban en procesión al tiempo que se atacaba al mal con luminarias en las que se quemaban plantas aromáticas y laurel para  purificar el aire, echando todo esto después por las ropas de los muertos para evitar  contagios. La festividad de San Roque se celebra el 16 de agosto y la de San Sebastián el 20 de enero.