Faros y playas salvajes

Si hay un sonido en Galicia que no cesa nunca, ese es el batir de su mar contra las rocas, un mar embravecido en el que incluso los más aguerridos marineros han vivido momentos difíciles; un mar que, en algún momento, fue habitado por sirenas.

Marea tras marea se va moldeando la costa gallega, dando lugar a playas salvajes, tanto de ría como de mar abierto; arenales infinitos, ideales para recorrerlos con la suave caricia en el rostro de la salada brisa marina, sintiendo la arena húmeda bajo los pies. Como no podía ser de otro modo, nuestra costa se encuentra custodiada por numerososs faros, vigías situados en impresionantes enclaves que ayudan a las embarcaciones, día tras día, a llegar a buen puerto.

Recorrer nuestra costa puede ser una experiencia única si, además de admirar su belleza, la vivís de una manera diferente: sumergíos en nuestros mares, sentid la brisa marina mientras practicáis surf, navegad nuestras aguas y acercaos a lugares tan impresionantes como nuestras islas, que guardan tesoros de todo tipo; conoced uno a un nuestros faros, todos ellos testigos directos de las travesías que hacen los buques a lo largo de nuestra costa… En definitiva, dejad vuestra huella en nuestros arenales más salvajes y permitid que, a su vez, Galicia haga lo mismo con vosotros.

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