Hacemos ahora un alto extraordinario en el recorrido para hacer algo especial: coged vuestra ropa deportiva, una mochila y calzado cómodo, pues no debéis dejar Galicia sin recorrer, al menos, un pequeño tramo del Camino de Santiago. Este posee sus propios secretos, que esperan ser descubiertos por todos vosotros.

La ruta de peregrinación a Santiago jugó un papel fundamental a la hora de facilitar el intercambio cultural entre la península ibérica y el resto de Europa durante la Edad Media. Por ello, el Camino de Santiago fue declarado Primer Itinerario Europeo de Interés Cultural por el Consejo de Europa. El conocido como Camino Francés fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.. Esta es la ruta que tiene una mayor tradición histórica y la más conocida internacionalmente. Comienza en Roncesvalles (Navarra) y llega hasta Santiago de Compostela, tras haber recorrido 750 kilómetros. Se trata, pues, de un camino que une Europa con el norte de España recorriendo recoletas iglesias, puentes, catedrales, conventos… siempre con el verde como telón de fondo.

Si queréis obtener la Compostela, debéis hacer los últimos 100 kilómetros a pie o a caballo; o bien los últimos 200, en caso de hacerlos en bicicleta. No olvidéis que la credencial del peregrino debe estar debidamente cumplimentada con, al menos, 2 sellos al día. Lo ideal sería hacerlo desde Sarria, pues dista de la ciudad compostelana unos 113 kilómetros.

En el camino desde Sarria entraréis en contacto con el corazón de la Galicia más rural, atravesando as atravesando las provincias de Lugo y A Coruña. Durante el recorrido pasaréis por robledos, bosquecillos y prados en los que podréis ver las vacas de raza rubia gallega o frisona paciendo tranquilamente. Esta es, sin duda, la mejor oportunidad para ver de cerca cómo es la vida en el campo y para empaparos del aire puro de estas verdes tierras.

Aprovechad a vuestro paso por el ayuntamiento de Arzúa, para probar sus deliciosos quesos con denominación de origen: un delicioso alto en el camino para descansar y reponer fuerzas.

Continuando con el camino, siempre con la naturaleza como compañera de viaje, nos iremos acercando poco a poco a tierras de Santiago. Un último esfuerzo os llevará hasta la aldea de San Marcos, última etapa antes de alcanzar el Monte do Gozo. Desde allí, los peregrinos divisan la ciudad de Santiago de Compostela: las torres de la catedral son el mejor aliciente para continuar pese al cansancio acumulado. Además, muy probablemente coincidáis con otros grupos de peregrinos, lo cual dará aún más emoción al momento. Desde allí, iréis descendiendo hasta alcanzar San Lázaro para proseguir, sin prisa pero sin pausa, hacia vuestra meta final; no sin antes recorrer el popular barrio de San Pedro o atravesar la Porta do Camiño y la plaza de Cervantes.Cuando lleguéis a la monumental Praza do Obradoiro la emoción se apoderará de vosotros: el sonido de la gaita de fondo, la catedral como protagonista del momento, el cansancio acumulado y la sensación de haber cumplido una meta, un deseo.

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