DIA 1 - ATARDECER EN FISTERRA
Muy cerca accedemos al castillo de San Carlos, convertido en un interesante museo dedicado a la pesca y el trabajo en el mar. Posteriormente llegamos a Santa María das Areas, un templo de gran belleza arquitectónica muy ligado al Camino de Santiago. Muy cerca se encuentran las ruinas de la ermita de San Guillerme, entre las que se pueden observar restos de antiguos cultos y creencias mágicas atribuidas a sus piedras.
El día de los equinoccios, desde la entrada de la ermita, podremos ver los primeros rayos del sol al amanecer sobre el Alto da Moa, la cumbre del imponente monte Pindo.
Por la tarde todavía tendremos tiempo de acercarnos a la playa de Mar de Fóra, azotada por un océano embravecido que golpea con fuerza sobre este arenal, antes de poner rumbo al cabo Fisterra para disfrutar de la primera puesta de sol de este viaje.
Desde ese lugar, cuna de cultos paganos y baluarte natural de este tramo de la Costa da Morte, seremos testigos del espectáculo que ofrece la inmersión del sol en el Mare Tenebrosum, el mismo que probablemente vio el emperador romano Décimo Junio Bruto en su conquista de este territorio en los confines de su imperio.