DIA 1 - ATARDECER EN FISTERRA

Comenzamos nuestro viaje en Fisterra, un tranquilo pueblo de pescadores donde encontramos la primera referencia al sol en la calle y plaza Ara Solis. Este nombre rinde homenaje al legendario altar que se dice existió en el cabo Fisterra para realizar rituales de adoración al sol. En esa plaza se encuentra la Casa do Cuadrante, un edificio del siglo XIII que pudo haber sido un antiguo hospital de peregrinos. En su fachada luce un hermoso reloj, testigo del paso del tiempo, y cuyo movimiento se rige por la acción del sol, protagonista de nuestra historia.

Muy cerca accedemos al castillo de San Carlos, convertido en un interesante museo dedicado a la pesca y el trabajo en el mar. Posteriormente llegamos a Santa María das Areas, un templo de gran belleza arquitectónica muy ligado al Camino de Santiago. Muy cerca se encuentran las ruinas de la ermita de San Guillerme, entre las que se pueden observar restos de antiguos cultos y creencias mágicas atribuidas a sus piedras.

El día de los equinoccios, desde la entrada de la ermita, podremos ver los primeros rayos del sol al amanecer sobre el Alto da Moa, la cumbre del imponente monte Pindo.

Por la tarde todavía tendremos tiempo de acercarnos a la playa de Mar de Fóra, azotada por un océano embravecido que golpea con fuerza sobre este arenal, antes de poner rumbo al cabo Fisterra para disfrutar de la primera puesta de sol de este viaje.

Desde ese lugar, cuna de cultos paganos y baluarte natural de este tramo de la Costa da Morte, seremos testigos del espectáculo que ofrece la inmersión del sol en el Mare Tenebrosum, el mismo que probablemente vio el emperador romano Décimo Junio ​​Bruto en su conquista de este territorio en los confines de su imperio.

Tras esta ruta por el pueblo de Fisterra, te proponemos visitar la playa de O Rostro para disfrutar de las vistas privilegiadas que ofrece este tramo de costa y donde el cielo reflejado en la arena mojada parece fundirse con el mar.
Por la tarde podemos acercarnos al mirador de O Veladoiro, a cuyos pies se encuentra el cabo da Nave. Estas son las tierras de la legendaria ciudad de Dugium, reino gobernado por los nerios, un antiguo pueblo celta que se negó a someterse a la cristianización impuesta en torno al culto jacobeo y que, como castigo, desapareció engullido por el océano.

 

Recomendaciones
En Vilar de Duio, allá donde todavía hoy se conserva un topónimo relacionado con la legendaria ciudad de Dugium, las parroquias de San Vicente y San Martín son el reflejo de la vida rural en los confines del antiguo Imperio. Campos sembrados, pastos, hórreos todavía en uso e iglesias parroquiales componen la imagen del interior de Fisterra.
Fechas destacadas
Amanecer del equinoccio de otoño (sobre el 21 de septiembre) y de primavera (sobre el 21 de marzo) en las ruinas de la ermita de San Guillermo. Desde la entrada, mirando al este, perfectamente alineado con las ruinas, detrás del Alto da Moa, en el monte Pindo.
Domingo de resurección en Semana Santa, en el entorno de Santa María das Areas. Ese día se celebra la Danza dos Paos, un baile cuya tradición e historia se remonta al siglo XVII. La danza se considera en relación con la celebración del Santo Cristo durante Semana Santa finisterrana, declarada de Interés Turístico Nacional.
 

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