Continuando por la línea de costa llegamos a la "Pequena Compostela", como es conocida la villa de Noia, para escuchar de cerca las lápidas que hablan. Para esta revelación es preciso acceder a la iglesia de Santa María a Nova, edificada sobre una Quintana de Mortos. Este cementerio, donde se conserva una gran colección de laudas sepulcrales, fue hecho con tierra traída desde Tierra Santa en galeones “noieses”, según cuenta una de las numerosas leyendas de la zona. Ya en el interior de esta iglesia gótica, pasead disfrutando con el juego de luces proporcionado por su impresionante rosetón. Sentad a contemplar con calma la capilla plateresca y el altar de estilo barroco. Más lo que sin duda os llamará la atención de este templo convertido en museo es el enorme depósito de laudas gremiales que flanquean sus muros. Entre las más de doscientas lápidas, podéis ver grabados el pico y la maza de un cantero, las tijeras de un sastre, el cuchillo de un carnicero, pasando por el ancla característica de los marineros o las figuras antropoides de los hidalgos. Las más antiguas son las que representan oficios medievales.