Este paseo tiene su inicio en el puente medieval de Comboa, formado por tres arcos de los que los laterales mantienen el medio punto mientras que el central es ligeramente apuntado, y que data de los siglos XIII-XIV. Desde aquí recorreremos un sendero corto y de baja dificultad que discurre, principalmente, entre árboles autóctonos de ribera siguiendo el río Verdugo. Aunque todo el paseo es muy agradable, la verdadera sorpresa se produce al llegar a un puente colgante, bajo el que podemos ver una profunda poza conocida como la poza das Bestas y una pequeña playa fluvial que la convierten en un interesante paraje.

A partir de ahí seguiremos caminando unos metros, ahora a orillas del río Oitavén, hasta llegar a un antiguo molino para volver después sobre nuestros pasos y hacer el camino de vuelta.