En el corazón mismo de la serra do Courel, en la que los profundos valles de espesa vegetación alternan con bosques de los que emergen elevadas cumbres, se encuentra la aldea de A Seara, punto de partida de esta ruta. Situada a 1.000 m de altitud, se trata de un conjunto singular que conserva prácticamente intactas la estrutura y arquitectura típicas de estas zonas de montaña, con casas de esquinas redondeadas, tejados de pizarra y balcones de madera, que la convierten en un lugar que vale la pena visitar. 

Desde ahí descenderemos hasta el río Selmo y caminaremos por el margen derecho entre abedules, castaños y robles para llegar hasta una zona en la que el camino se estrecha y donde el sonido del agua coge fuerza, como preludio de lo que podremos contemplar unos metros más adelante. 

En el tramo final nos ayudaremos de unas cuerdas que hay atadas a los árboles para descender una pronunciada pendiente que nos llevará directamente al pie de esta impresionante catarata de 25 m de alto. Pero si queremos verla de cerca, un puente de madera nos permitirá cruzar a la otra orilla y aproximarnos más.