El Museo de Arte Sacro, promovido por el Abad Rafael Taboada Vázquez, fue inaugurado en 1990. Es un edificio de nueva planta, diseñado por el arquitecto Manuel Gallego Jorreto, sobre un solar de 32 metros cuadrados (8x4). El interior se estructura en torno a la escalera, convertida en el elemento principal del edificio, que pretende aparentar un cofre en cuyo interior se guardan las joyas.

         El Museo alberga una colección de piezas de platería que ha ido atesorando la Colegiata a lo largo de su historia, todas ellas de plata en su color o sobredorada. La mayor parte corresponden al período comprendido entre 1750 y 1825.

            La colección se divide en cuatro niveles. 

            En el primer nivel se conservan piezas de los siglos XVI y XVII, entre las que destacan la arqueta eucarística y la custodia donadas por la reina Mariana de Neoburgo, segunda mujer de Carlos II. La Arqueta, del año 1691, es una caja octogonal de fondo liso sobre el que se aplican láminas de plata repujada con motivos vegetales; la Custodia, realizada en el año 1695, es del tipo "Sol", con un marco central en forma de corazón, en torno al que se distribuye la decoración figurada.

    En el segundo nivel se exponen obras de plateros de las escuelas coruñesa y cordobesa. De la coruñesa destacan el relicario de San Clemente o la Custodia ferrolana, realizada por Domingo Antonio de Castro en 1815. Es una pieza de plata en su color, plata sobredorada y bronce, con pedrería y esmaltes, coronada por la Fe con los ojos vendados, y que presenta, en la base, representaciones de las Tablas de la Ley y del Arca de la Alianza. Piezas interesantes son también los incensarios, la naveta, el portaviático, el relicario de Nuestra Señora, una cruz parroquial, seis candeleros y una cruz de altar, portapaces, etc.

    En el tercer nivel se exponen varias obras del siglo XVIII y principalmente del XIX. Durante este último siglo comienzan a realizarse las piezas de plata en serie, con lo que pierden la originalidad que tenían hasta entonces.

    En el cuarto nivel están las obras de las escuelas salmantina y compostelana. De la Salmantina nos encontramos unas cantoneras sobre libros de cantos, dos sacras, así como seis floreros de plata en su color sobre los que destaca en plata sobredorada el escudo de la Colegiata: un jarrón de azucenas coronado (la flor de la pureza). Por lo que se refiere a la Escuela Compostelana, la mayor parte de las obras son del platero Jacobo Pecul, realizadas a fines del siglo XVIII y principios del XIX, y entre las que destaca una pequeña custodia de plata sobredorada a la que le sirve de astil la figura de un querubín. Otra obra importante de Pecul es el copón, que se encuentra en la vitrina exenta, al que sirve de astil un tronco de vid que sujeta la copa coronado con una figurilla del Cordero sobre el libro de los siete sellos. Otras obras destacables de este platero compostelano son una cruz de altar con seis candeleros y dos faroles.

            La Custodia de Sobrado, hecha en Madrid por Durán en 1796, perteneció al monasterio de Sobrado dos Monxes, de donde salió tras la exclaustración. Tiene un pie triangular con un angelote en cada esquina y tres medallones con un Agnus Dei, el águila y el Ojo del Padre. El "Sol" lo sujeta una extraordinaria figura de la Fe de plata mate en su color.