Iglesia parroquial, erguida de nueva planta en el siglo XVIII (1776-1799), según los cánones del dominante estilo neoclásico. Presenta una planta de cruz latina, con una sola nave. El interior está cubierto por una bóveda de cañón. A la nave se abren las distintas capillas laterales. Destacan dos magníficos retablos: el del altar mayor y el del Rosario. En el exterior el acceso al templo se realiza a través de un pórtico de cuatro arcos, tres de medio punto y uno rebajado en la pared lateral. Sobresalen un cuerpo superior abalconado y una torre. Los paños de los muros, de mampostería, contrastan con las magníficas piezas de sillería de los esquinales y contornos de vanos. Constituye un conjunto arquitectónico con el antiguo convento de los dominicos, actualmente sede de dependencias municipales y en parte destinado a actividades culturales (teatro ...). De hecho, el atrio de la iglesia forma un ángulo recto con la fachada principal del antiguo convento.