Comenzamos nuestra ruta por la monumental e histórica villa de Tui, situada justo en el extremo interior del estuario del río Miño. En el pasado, fue capital de una de las siete provincias gallegas, hasta que se llevó a cabo la división actual, e importante asentamiento en todas las épocas de la historia, así como objeto de asedios por su situación estratégica.
De hecho, en el auge de la Edad Media, fue centro religioso, económico, militar y comercial del sur de Galicia. Durante este esplendor, dio comienzo también la construcción de la catedral en lo alto de la ciudad, que se prolongó hasta el siglo XIV.El mejor premio a un relajante paseo por su centro histórico es, precisamente, visitar la mencionada sede, conocida como la catedral-fortaleza de Santa María, así llamada por su carácter defensivo. Aquí os encontraréis de frente con la puerta occidental del templo. Esta entrada, tallada en el s. XIII, es la composición iconográfica más importante del arte gótico gallego. Es fácil distinguir este estilo y el románico en el interior de la catedral como consecuencia de la duración de las obras. Su claustro, otra joya del gótico gallego, es uno de los pocos de origen medieval que se conservan enteros en Galicia. Concluid el paseo con una espléndida vista desde la torre de los Soutomaior. Y si durante el recorrido habéis visto alguna grieta en las bóvedas, no os preocupéis; llevan ahí desde el terremoto de Lisboa de 1775..