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A MIÑA VIAXE
La ruta entre estos dos cabos conecta los espacios naturales del extremo sur de la ría de Pontevedra con los del extremo norte de la ría de Vigo. El recorrido por la fachada continental atlántica de la península de O Morrazo no pierde de vista el Parque Nacional das Illas Atlánticas. En el camino, un fantástico itinerario costero que incluye la ría de Aldán y condensa los valores representativos de las Rías Baixas: naturaleza, buen clima y playas.
El cabo Udra (Bueu) es un espacio natural localizado en el extremo sur de la ría de Pontevedra, compartiendo la entrada con la ría de Aldán y frente a la Illa de Ons. Por sus valores naturales fue declarado Zona Especial de Conservación y forma parte de la Red Natura 2000, contando con un Aula de la Naturaleza.
Paisaje costero de peñascos, acantilados y mato, tiene relevancia también por su hábitat submarino. En el alto conserva restos de un castro y, bordeando el cabo, existen recomendables playas y calas.
Partiendo de ese punto, el itinerario transcurre por zonas pobladas, es la típica imagen de las Rías Baixas como lugar residencial. Entre plantaciones forestales, se llega a Aldán (Cangas), tierra de marineros y piragüistas.
Aldán es una pequeña ría, que pasa desapercibida entre las de Pontevedra y Vigo. Mar productivo, destaca por el mejillón y por sus pequeñas playas de aguas transparentes.
Frente al desvío que lleva al puerto de Aldán, una masa arbórea a mano izquierda pasa desapercibida para el viajero. En realidad se trata del poco conocido parque de la Finca do Frendoal, recinto de variada vegetación perteneciente a la Casa da Torre de Aldán, residencia de los Condes de Canalexas.
Denominado bosque encantado, el espacio cuenta con diversos elementos de interés como el Arco da Condesa o Arco do Mouro, restos de un antiguo acueducto de piedra.
O Hío tiene como centro su iglesia con el espectacular cruceiro que le da fama. Desde este punto un desvío nos dirige hacia la Costa da Vela, pasando cerca de recomendables playas como Nerga o Barra.
La llegada a Donón nos introduce en el último tramo del recorrido. El punto de referencia es A Buguina, hermosa escultura en forma de caramujo, obra de Lito Portela.
Marca el inicio del trecho más salvaje de la Costa da Vela. Desde este punto dejamos el asfalto y comienza un ancho camino de tierra elevado sobre los acantilados en dirección a los cabos. Pequeñas calas ofrecen senderos retorcidos para bajar a ellas.
En el caso de contar con tiempo recomendamos subir al monte de O Facho. El acceso, por una vieja calzada de piedra, lleva a un auténtico mirador natural sobre las islas Cíes. Una vieja garita militar indica el valor estratégico de este punto.
O Facho destaca también por su valor patrimonial, material e inmaterial. El asentamiento castrexo se complementa con la presencia de un santuario galaico-romano dedicado al Dios celta Lar Berobeo, altar votivo en el que se honraba a la divinidad. Se encontraron muchas aras votivas, colocándose varias copias en el yacimiento.
Lugar de poder telúrico, las leyendas hablan de rituales religiosos y paganos. Las indescriptibles puestas de sol pueden tener relación con la significación especial que este lugar tuvo en diversos momentos históricos.
Cabo Home es lugar mítico de las Rías Baixas. Las islas Cíes están más próximas a este punto que a cualquier otro. Su faro se alza a modo de torre cilíndrica de color blanco, esbelta.
Muy cerca, Punta Robaleira cuenta con un faro más modesto, rojo y bajo. Pasando la playa de Melide aún existe un tercer faro, el de Punta Subrido.
Atlántico, acantilados y hermosura.
La parroquia canguesa de O Hío cuenta con un conjunto artístico religioso de gran relevancia, conformado por la iglesia, la casa rectoral y el cruceiro. La iglesia de Santo André tiene fábrica original románica y fecha del siglo XII. La casa rectoral, de potente volumetría, cuenta con cierre de mampostería, amplia finca y palomar. Pero desde el punto de vista artístico, el elemento destacado es el cruceiro.
El cruceiro de O Hío es atribuido a Xosé Cerviño, conocido como Maestro Cerviño o Pepe da Pena. Popular cantero de Cotobade, enlaza con la gran escuela pontevedresa del género, siendo el más afamado de todos ellos. En cualquier caso, la autoría del cruceiro no está clara, si bien se sabe que fue realizado en 1872.
La posición en el atrio de la iglesia le otorga relevancia absoluta. De estilo barroco y realizado en una sola talla granítica, cuenta con escalinata y fuste historiados y en la cruz se relata el descendimiento de Cristo.
Considerado como uno de los más relevantes cruceiros gallegos, la visita a O Hío merece una parada tranquila para contemplar esta hermosísima pieza de delicada talla.
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