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A MIÑA VIAXE
Entre A Fonsagrada y Negueira de Muñiz los valles suceden a las sierras, en un continuo subir y bajar. Las vueltas del camino ofrecen una gran variedad de perspectivas ante el imponente valle del Navia, que transcurre lentamente hacia Asturias. El paisaje de montaña contrasta con los profundos valles en los que se esconden cultivos y aldeas.
A Fonsagrada, con sus 949 metros sobre el nivel del mar, es una de las capitales municipales localizada a mayor altitud de Galicia. Al margen de la curiosidad geográfica, esta elevación se explica por la disposición del núcleo buscando la captación del sol, en una zona con inviernos duros. De este modo el pueblo disfruta de una gran amplitud de vistas y es reconocible desde diversas localizaciones de la montaña luguesa.
La localidad se dispone configurando un casco urbano recogido y abrigado, pese a la altitud, ordenándose en origen en relación a una antigua capilla y a la plaza en la que se sitúa A Fonte Sagrada.
Las viejas tierras de Burón fueron, históricamente, lugar de paso como atestigua la presencia del Camino Primitivo a Santiago. Esta variante jacobea es conocida como Vía de Alfonso II dado que fue el itinerario seguido por este monarca asturiano que pasó al imaginario como el primer peregrino.
El botelo es el plato estrella de la gastronomía fonsagradina. Embutido de carne de cerdo, curado y ahumado en la propia tripa del animal. Muy popular en toda la montaña oriental gallega y parte de León y Asturias, en la comarca de A Fonsagrada constituye una auténtica especialidad a degustar en los fríos días del invierno.
Saliendo de A Fonsagrada hacia Asturias destaca la presencia de la aldea de Paradanova, cuyo topónimo nos remite a las antiguas ventas de los caminos siendo además descanso para peregrinos en una función semejante a la de los actuales albergues.
El tránsito hacia Fonfría permite la contemplación en la lejanía de las Tierras de Oscos y de gran parte del extenso municipio fonsagradino (el de mayor superficie de Galicia con 400 km2). El desvío hacia Liñares de Bidul introduce el recorrido en paisajes de pinares y matorrales representativos de estas sierras y de llamativos coloridos estacionales.
Hacia Vilar de Cuíña, la fuerte pendiente permite las primeras perspectivas sobre el encajado valle del río Navia. El recorrido prosigue siguiendo el curso del río, acompañándolo desde lo alto, pasando por A Fornaza y por Arexo con su imponente mirador.
La carretera va bajando hacia el río Navia, con sus aguas embalsadas por el pantano de Salime, buscando Ponte de Boabdil, único paso hacia Asturias en muchos kilómetros de río. El accidentado terreno de la ladera permite el paso por dos miradores habilitados, buenos espacios para el ocio y la contemplación, muy cerca ya de Negueira de Muñiz, uno de los lugares más singulares de Galicia. Su capital municipal es una hermosa aldea de arquitectura popular, integrada en medio de prados y cultivos y siempre con el río Navia presente. Elemento destacado es el conjunto formado por la iglesia de San Salvador y la casa rectoral, del siglo XVI.
En la actualidad, el tránsito entre las riberas del Navia sigue realizándose mediante pequeñas embarcaciones que cruzan el embalse de Salime, siendo esta una más de las singularidades de estas tierras que miran, en silencio, hacia el río.
Negueira de Muñiz es uno de los municipios más desconocidos de la geografía gallega en gran medida por ser el de menor número de habitantes: 215, según los datos oficiales del año 2016. Pueblo de montaña con fuertes contrastes, su posición periférica en el oriente gallego y los devenires históricos fueron marcando su carácter.
Fue el notable local Antonio Muñiz Álvarez quien promovió la creación de un ayuntamiento de por sí en el año 1925, disgregándose de A Fonsagrada (que a su vez también había pertenecido al extinto Concello de Burón). La denominación actual, que incluye el apellido Muñiz, es oficial desde 1929.
La construcción de la presa de Grandas de Salime o del Gran Navia en los años 1960 marcó la historia contemporánea. El embalse supuso la pérdida de terrenos agrarios, la incomunicación de diversas aldeas y un éxodo de población hacia las denominadas “colonias” de A Terra Chá, Arneiro y Veiga de Pumar, creadas para acoger al contingente migratorio negueirao.
O Foxo, una de las aldeas abandonadas, fue reocupada en los años 70 por un grupo organizado a modo de comuna, que buscaba una vida en contacto con la naturaleza. La experiencia inspiró la película "Vilamor" (Ignacio Vilar, 2012).
El mirador de Arexo se localiza en la aldea del mismo nombre, en la ribera gallega del río Navia. Su posición, con una caída de más de 200 metros hacia el río y frente a un meandro, permite una amplia perspectiva visual tanto del valle del Navia como de los diversos altos de la vertiente asturiana (sierra de Cuías y sierra de Busto) e incluso de elementos de detalle como una alvariza que protegía las colmenas del apetito de los osos.
La principal característica paisajística de este punto de observación es el contraste. Este viene dado por una orografía accidentada formada por relieves de esquisto y pizarra y sobre todo por la fuerte diferencia altitudinal que genera condiciones biogeográficas muy diversas.
De este modo, desde Arexo, pueden observarse distintos tipos de vegetación y de cultivos que configuran un paisaje sorprendente y variado: desde los matorrales y peñascos propios de las sierras próximas a los 1000 metros de altitud hasta los viñedos en las zonas bajas entre 200 y 400 metros, pasando por las masas de pinares de las laderas.
La presencia en las zonas bajas de vides y de cierta vegetación de ambientes cálidos, como puede ser el alcornoque, actúan de indicador bioclimático, contrastando con las frecuentes nevadas de las sierras que bordean el valle del Navia.
Arexo permite la observación desde un solo punto de gran parte de los valores que convierten a esta comarca en un paraíso natural reconocido con diversas figuras de protección como la ZEC Negueira o la Reserva de la Biosfera Río Eo, Oscos y Tierras de Burón.
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