A Ribeira Sacra comprende las tierras bañadas por los ríos Sil y Miño en la zona del interior de Galicia donde confluyen los dos ríos. En los últimos kilómetros antes de desembocar en el Miño, a la altura de la aldea de Os Peares, el Sil discurre en la frontera entre las provincias de Lugo y Ourense a lo largo de un profundo cañón, creando de esta forma un paisaje impresionante e inusual, convertido en la seña de identidad de este territorio.
En esta zona, con numerosos parajes bucólicos y otros más agrestes, monjes y ermitaños se asentaron en los inicios del cristianismo para practicar la vida ascética. Estos asentamientos dieron origen, con el paso del tiempo, a florecientes monasterios que irradiaron arte, cultura y progreso material a toda Galicia. De ahí el nombre de Ribeira Sacra, del que existe constancia escrita desde el siglo XII, aunque parece ser una distorsión de rovoyra sacrata (‘roble sagrado’), según consta en el documento fundacional de Montederramo otorgado en Allariz en 1124.