A Mariña es una de las comarcas mejor definidas de Galicia. Abarca toda la costa de Lugo entre las rías de Ribadeo y O Barqueiro, así como varios municipios del interior, en los valles de los ríos Landro, Ouro, Masma y Eo. El litoral oriental y central se caracteriza por la denominada «Rasa Cantábrica», una costa bastante rectilínea en la que se abren las rías de Ribadeo y Foz. A partir de San Cibrao, en el municipio de Xove, la costa es más recortada, con playas escondidas y acantilados más altos, donde se abren paso las rías de Viveiro y de O Barqueiro, ya en el límite con la provincia de Lugo.

Hacia el interior, menos poblado, muchas de las montañas superan los 800 metros de altura en las sierras de O Xistral, O Cadramón, Lourenzá y O Pousadoiro. Tierras altas en las que abundan los pastos y donde será fácil ver ganado en libertad. De hecho, a principios de verano, en esta comarca se realizan varios curros, fiesta que se celebra con el fin de reunir o bajar el ganado suelto del monte, especialmente caballos y vacas, hasta las vallas de madera o piedra donde se agrupan los ejemplares para poder sanearlos y marcarlos.

Esta mezcla de mar, valles y montañas hace que la comarca disponga de espacios naturales de gran interés que cuentan con diferentes grados de protección o declaraciones: dos Reservas de la Biosfera (Terras do Miño y Río Eo, Oscos y Terras de Burón), dos monumentos naturales (la playa de las Catedrales y el Souto da Retorta), y los espacios que forman parte de la Red Natura 2000, tanto de costa como de interior: el río Landro, Monte Maior, el río Ouro, la ría de Foz-Masma, el río Eo o el bosque de Carballido.

Si hablamos de historia, gran parte del territorio está vinculada al mariscal Pardo de Cela, señor feudal gallego del siglo XV que se convirtió en símbolo de resistencia contra el poder centralizado de los Reyes Católicos. Defendió su autonomía y la de sus tierras frente a las injerencias reales, enfrentándose a las tropas de Isabel y Fernando en la batalla de As Pontes de García Rodríguez en 1475. A pesar de su derrota, se refugió en el castillo de A Frouxeira, donde resistió durante años el asedio de las tropas reales. En 1483, tras abandonar confiado su fortaleza bajo la promesa de un salvoconducto, fue apresado y decapitado en Mondoñedo. En Galicia, su figura se ha convertido en leyenda, representando la lucha por la libertad y la defensa de los derechos frente al poder absolutista. Su vida está muy ligada a lugares como la ponte do Pasatempo, A Frouxeira, el castillo de Castro de Ouro y, sobre todo, a la vila de Mondoñedo. Pero no nos olvidemos de otros centros históricos importantes, como Ribadeo, en la zona oriental, donde encontraremos numerosos ejemplos de arquitectura indiana, o Viveiro, que conserva parte de la muralla y varias puertas, como la de Carlos V, de la época renacentista. Remontándonos a períodos históricos más antiguos, podremos apreciar dólmenes, castros o incluso un círculo lítico, yacimientos arqueológicos anteriores a la era cristiana. A Mariña, concretamente el municipio de Cervo, también es importante por ser el lugar donde nació el primer complejo industrial de Galicia, la Real Fábrica de Sargadelos. Aquella fábrica, que producía loza y porcelana de alta calidad, se convirtió en un referente del sector a nivel nacional y, a día de hoy, sigue produciendo cerámica de calidad, combinando tradición e innovación y siendo ya un símbolo de la cultura gallega. También es tierra de peregrinos, ya que el Camino del Norte a Santiago de Compostela, declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO, discurre por diferentes municipios de la zona oriental de la comarca.

Es tierra de fiestas, de celebraciones religiosas como la Semana Santa de Viveiro, declarada de interés turístico internacional, o la romería de O Naseiro, y de festivales gastronómicos como la Feira do Bonito de Burela, la Festa da Troita de A Pontenova, la Festa da Faba de Lourenzá, la Queimada Popular de Cervo y la Festa do Ourizo de San Cibrao (Cervo). Pero no nos olvidemos de las más ancestrales y arraigadas como la Rapa das Bestas de Candeoso (Viveiro) o la Maruxaina de San Cibrao (Cervo).

Recorrido

Tomando como referencia la ciudad de Lugo, desde donde podemos elegir cualquiera de los accesos mencionados, saldremos por la carretera N-640 en dirección Ribadeo hasta llegar a A Pontenova, donde iniciaremos esta ruta mariñana de tres días.

A continuación recorreremos la ría de Ribadeo, la villa y el litoral del municipio y el de Barreiros para después descubrir el valle del río Masma en Lourenzá y Mondoñedo.

Seguidamente iremos en busca de monumentos únicos de la comarca en Alfoz y Foz, sin olvidar sus playas y la costa hasta Burela. Finalmente quedará la zona occidental de A Mariña, con faros que nos permitirán disfrutar del paisaje, la villa monumental de Viveiroy los miradores sobre los estuarios de los ríos Landro o Sor.

El coche será imprescindible para descubrir esta comarca, pero también proponemos breves trayectos a pie que nos permitirán acercarnos hasta cascadas o bosques únicos.

Accesos 

A Mariña es una comarca situada al norte de la provincia de Lugo, orientada hacia el mar Cantábrico, que cuenta con tres accesos principales.

Para llegar a Viveiro, en la zona oeste, cogeremos la LU-540 desde la autovía AG-64 que conecta Vilalba con Ferrol.

Desde A Terra Cha, pasando por Mondoñedo, tendremos que coger la A-8 y luego enlazar con la N-634 para llegar a Foz, en la zona central de A Mariña; y finalmente, si cogemos la N-640 que va desde Lugo a Veiga/Vegadeo y continuamos después por la N-642, llegaremos a Ribadeo, en la zona este.

Día 1º

Desde Lugo cogeremos la N-640, pasando por Meira, hasta llegar al puerto de O Marco de Alvare y descender hacia el valle del río Eo, que nos acompañará en la primera parte del recorrido. Nos encontramos ya en la Reserva de la Biosfera del Río Eo, Oscos y Terras de Burón, que abarca los municipios ribereños del Eo, tanto del lado gallego como del asturiano.

En A Pontenova haremos la primera parada para visitar los antiguos hornos de calcinación, restos del pasado minero de este municipio que nació de la fusión de otros dos (Vilameá y Vilaoudriz). Existía un ferrocarril (llamado A Chocolateira) que transportaba el mineral de hierro hasta la costa, e incluso llevaba viajeros para que tomasen los denominados «baños de mar». Hoy en día, el recorrido ha sido reconvertido en parte en vía verde, y permite ver otra batería de hornos en O Boulloso.

Para los aventureros, A Pontenova ofrece la oportunidad de recorrer la Ruta de las Minas, conocer la mina Consuelo y descubrir no solo su historia, sino también su pasado geológico. Para rematar la experiencia, podremos tirarnos por una tirolina de más de 300 m de largo sobre el río Turía, a más de 80 m de altura. Para aquellos que simplemente quieran disfrutar de la naturaleza, el municipio cuenta con varias rutas de senderismo homologadas y múltiples establecimientos de turismo rural.

Seguiremos el valle del río Eo, pasando por el municipio eonaviego de Santiso de Abres y la parroquia trabadense de A Ría de Abres, por donde entra una variante del Camino del Norte a Santiago. En el lugar de O Porto de Abaixo dejaremos a la derecha A Veiga (Vegadeo) para continuar por la N-642 hasta Ribadeo.

Esta localidad conserva un interesante patrimonio arquitectónico, especialmente el denominado «indiano»; casas y edificios mandados construir por los emigrantes gallegos retornados de las Américas, como la Torre dos Moreno situada al lado del pazo neoclásico de Ibáñez, también conocido como Pazo del Marqués de Sargadelos.

Saldremos de Ribadeo por una carretera local que nos llevará hasta la desembocadura de la ría. Allí podremos visitar el llamado «cargadoiro», donde atracaban los barcos que cargaban el mineral que llegaba hasta este punto desde A Pontenova. A pocos metros se encuentra el castillo de San Damián, que protegía este tramo del litoral. Desde ambos lugares tenemos buenas vistas de la entrada a la ría, que también está custodiada por los faros de Illa Pancha, con su icónica figura.

Desde aquí, solo habrá que seguir la carretera local que bordea toda la costa de los municipios de Ribadeo y Barreiros. Se trata de la denominada Rasa Cantábrica, con un perfil recortado en el que se van formando pequeños arenales que se abren tras los acantilados. A través de este recorrido llegaremos al lugar de Rinlo, que se encuentra escondido en un entrante del mar (la ensenada de Areosa) y cuenta con un pequeño puerto. Esta localidad mariñana celebra cada verano la exaltación de su producto estrella, el percebe. Como curiosidad, a tan solo 600 metros del puerto se encuentra el laberinto de Rinlo, para quien quiera «perderse».

Continuando por la pista asfaltada que sigue el litoral veremos restos de diversas cetarias, que muestran la riqueza de estas aguas. También debemos recordar que esta localidad fue un importante puerto ballenero.

Siempre con el mar a nuestra derecha iremos pasando por diferentes playas, como Cegoña, Xuncos, Os Castros y Esteiro, hasta llegar a la más conocida y concurrida: la playa de Augas Santas, que recibió el sobrenombre de las Catedrales, ya que algunos acantilados están horadados de tal forma que asemejan los arcos de las naves de una catedral por su monumentalidad. La playa es accesible durante la marea baja y, en temporada alta, es necesario hacer una reserva para visitarla (www.ascatedrais.xunta.gal) y seguir en todo momento las recomendaciones y señalización de este espacio protegido bajo la figura de monumento natural.

Entraremos al municipio de Barreiros por la extensa playa de San Miguel de Reinante, también llamada Arealonga de Reinante, a la que también podríamos llegar a pie desde Las Catedrales por una pasarela de madera.

Desde la punta de O Castro, podremos apreciar un continuo «rosario» de playas separadas por pequeños conjuntos de rocas de poca altura, muy conocidas sobre todo por los amantes del surf; de esta manera tenemos A Pasada, Lóngara, San Pedro, Area da Balea, Benquerencia, Fontanela, Remior, San Bartolo hasta llegar al arenal de San Cosme o Altar, en plena ría de Foz.

Desde aquí, dejaremos la costa para descubrir el interior mariñano. Camino de San Cosme de Barreiros nos fijaremos en los hórreos del lugar de Viladaíde, que en esta zona reciben el nombre de «cabozos».

Al llegar a la carretera N-634, la cruzaremos por el desvío señalizado hasta llegar a Santo Estevo do Ermo. Tras pasar por encima de la autovía del Cantábrico, a unos 400 m podremos divisar el camino de tierra que nos llevará hasta la capilla. Junto a ella se encuentra un área de descanso y, a pocos metros, la cascada de Santo Estevo do Ermo. Los más caminantes podrán realizar una pequeña ruta de senderismo que les llevará a varios molinos y hasta los restos de la antigua capilla.

La próxima parada será Vilanova de Lourenzá, donde visitaremos el Centro de Interpretación de la Faba, producto por el que es conocido este municipio. También nos acercaremos hasta la iglesia del antiguo monasterio, donde podremos contemplar el sepulcro de mármol en el que reposan los restos de Osorio Gutiérrez, conocido como el Conde Santo. A este noble gallego del siglo X se le atribuyen diversos milagres, entre ellos la resurrección de cuatro peregrinos que hacían el Camino de Santiago, por lo que es venerado como santo por la Iglesia católica. También podremos apreciar el espectacular relicario barroco que se encuentra en la sacristía. 

La última visita del día será el Pazo de Tovar, situado en el corazón de la zona productora de la famosa faba de Lourenzá, restaurado hace unos años, que alberga en su interior el Centro de Interpretación de la Cultura de los Pazos. Tanto Tovar como Vilanova de Lourenzá se encuentran en distintas variantes del Camino del Norte.

Desde el pazo, seguiremos la carretera LU-122, y luego la carretera provincial LU-P-2802, pasando por San Xurxo de Lourenzá, hasta retomar la N-634, que nos llevará a Mondoñedo, destino final de nuestra primera jornada en la comarca de A Mariña. En este municipio tenemos diferentes opciones de alojamiento.

 

Día 2º

Dedicaremos parte de nuestra mañana a conocer Mondoñedo, empezando por el monumento más emblemático, la catedral, llamada la «arrodillada» por su escasa altura, sede de una de las cinco diócesis gallegas. Paseando por sus calles iremos descubriendo casas blasonadas, la Fonte Vella o el pintoresco Barrio dos Muíños con el histórico puente del Pasatempo, vinculado a la Ruta del mariscal Pardo de Cela, noble del siglo XV que fue decapitado por su oposición a los Reyes Católicos, ya que apoyaba el partido de Juana la Beltraneja.

Para los más aventureros, no muy lejos de Mondoñedo se encuentra la Cova do Rei Cintolo, que se puede visitar previa reserva y ofrece una experiencia única.

Dejaremos la villa mindoniense y cogeremos la A8 si queremos ganar tiempo, o bien la N-634 para ir directos a Foz, en la desembocadura del río Masma. Localidad conocida sobre todo por sus playas, como A Rapadoira, Llas o Peizás, y por las formaciones geológicas de su litoral, entre las que mencionaremos el llamado «Ojo de Foz». Todas ellas son accesibles desde el centro urbano, siguiendo a pie o en bicicleta el paseo marítimo que coincide con el Camino Natural del Cantábrico.

Un lugar imprescindible que debemos visitar en este municipio es la Basílica de San Martiño de Mondoñedo, joya románica y sede primigenia de la diócesis mindoniense. Nuestro itinerario continuará por la carretera LU-152 hasta el desvío señalizado que sube al Castillo de A Frouxeira, del que apenas quedan restos y que fue refugio del ya mencionado mariscal Pardo de Cela. Desde allí disfrutaremos de una buena vista panorámica de la denominada Rasa Cantábrica.

De regreso a la carretera por la que veníamos, continuaremos por carreteras locales pasando por Bacoi (atentos al cruceiro, uno de los más antiguos de la comarca) y Carballido, hasta llegar a O Castro de Ouro. Sobre una pequeña colina se alza el Castillo de Castro de Ouro, símbolo del municipio de Alfoz. Fue propiedad del mariscal Pardo de Cela y, tras su muerte, pasó a la diócesis mindoniense. Actualmente es sede del Ayuntamiento y del Juzgado.

Desde Alfoz nos dirigiremos a Ferreira do Valadouro para acercarnos a la costa siguiendo el valle del río Ouro hasta su desembocadura, donde cogeremos la N-642 en dirección Burela para visitar el Castro de Fazouro, situado al pie de los acantilados.

Siguiendo la N-642 llegaremos a Burela. Podremos conocer el pasado y el presente marinero de esta población en el Barco-Museo bonitero «Reina del Carmen». Esta villa es conocida por la pesca del atún, por lo que recibe el sobrenombre de «Capital del Bonito», pescado que cuenta con su propia fiesta declarada de interés turístico nacional, que se celebra a principios de agosto.

Para los que tengan tiempo, recomendamos subir al mirador del Monte Castelo, que ofrece unas vistas espléndidas de toda la rasa cantábrica gallega.

Esta villa será el destino final de nuestro segundo día en A Mariña. Tanto en la localidad como en sus alrededores existen diferentes opciones de alojamiento.

Día 3º

Iniciamos esta última etapa en Burela, para seguir por la N-642 hasta el desvío que nos llevará a Santiago de Sargadelos, parroquia del municipio de Cervo conocida por su famosa cerámica. Primero podremos conocer la fábrica para después acercarnos al Museo Histórico y rematar la visita siguiendo la senda botánica y el Paseo dos Namorados, que comienza junto a los antiguos hornos.

Regresaremos a la carretera principal y nos desviaremos hacia San Cibrao, la localidad más poblada del municipio. En el núcleo principal visitaremos el Museo Provincial del Mar, que pertenece a la Diputación de Lugo, y luego subiremos hasta la Atalaya, donde está el faro. A su lado se encuentra el mirador, en una pasarela metálica sobre las rocas, desde donde podremos disfrutar de las vistas sobre el litoral. Si la visita coincide con el segundo fin de semana de agosto, podremos disfrutar de la Festa da Maruxaina, declarada de interés turístico de Galicia.

Saldremos de San Cibrao para retomar la carretera principal LU-862 en dirección Viveiro hasta llegar a la siguiente localidad importante, Xove. Aquí nos desviaremos por carreteras locales, pasando por Vilapol, Portocelo y Vilachá hasta llegar al faro de Punta Roncadoira. Desde aquí, merece la pena caminar unos metros hasta el banco de Poñente e incluso continuar hasta las ruinas de San Tirso y disfrutar de las vistas de este tramo de costa.

Regresaremos a la carretera LU-862 hasta llegar a Viveiro, la villa más importante de la zona occidental de A Mariña. En su centro histórico se conservan importantes monumentos, como la iglesia de Santa María, y varias puertas de las antiguas murallas, entre las que destaca la de Carlos V, que sirve de entrada desde el puente que cruza el estuario del río Landro y da paso a la plaza Mayor de la localidad. Si vuestra visita coincide con la Semana Santa, podréis disfrutar de las múltiples procesiones. Se trata de una tradición muy arraigada en estas tierras, por lo que ha sido declarada fiesta de interés turístico internacional.

Desde Viveiro podemos hacer dos pequeñas escapadas para conocer algunos de los lugares más visitados de sus alrededores. Primero, subiremos al monte de San Roque, con su capilla y el mirador sobre la ría, donde se celebra una importante romería. Como también es muy celebrada la fiesta del Naseiro, en el valle, cerca de la iglesia románica de San Pedro. También en las proximidades se encuentra nuestra siguiente parada: o souto da Retorta, también llamado eucaliptal de Chavín, al que nos acercaremos caminando. Aquí nos espera el llamado «abuelo», un gran eucalipto que alcanza más de 67 metros de altura y 7,5 metros de diámetro.

Regresaremos a Viveiro y continuaremos la ruta camino del municipio de Vicedo, el más occidental de la comarca. En la parroquia de Suegos se encuentran dos de los lugares más conocidos. El primero es la cueva de la Doncella, donde conviene prestar atención, ya que el sendero atraviesa una abertura de la montaña hasta llegar al propio acantilado. El segundo es el Fuciño do Porco, o Punta Sucastro. Para visitarlo, en temporada alta, es necesario realizar una reserva en el sitio webwww.puntafucinodoporco.gal. Recomendamos visitar su página web para obtener más información.

Podemos finalizar esta ruta en Viveiro, continuar la ruta hacia Ferrolterra o regresar a Lugo si fue vuestro punto de partida. Pero si todavía tenéis ganas y tiempo, os proponemos dos visitas más.

Una de las propuestas es subir al mirador de Muronovo, al que llegaremos por los caminos que se dirigen al parque eólico del mismo nombre. Desde el Fuciño do Porco llegaremos a la carretera LU-862 en el lugar de Folgueiro, donde tomaremos la LU-P-6401 y seguiremos la señalización que nos llevará hasta allí. Desde el mirador tenemos unas vistas extraordinarias del estuario del río Sor, que forma la ría de O Barqueiro, ría compartida por los municipios de Vicedo y Mañón, perteneciente a la provincia de A Coruña, y que permitiría enlazar con la ruta de Ferrolterra.

La segunda propuesta es volver a Viveiro y seguir la carretera LU-640 en dirección Ourol y Lugo para entrar en las tierras altas del interior mariñano, entre las sierras de O Xistral y A Faladoira. Dejaremos el coche en un tramo de la antigua carretera y continuaremos a pie unos metros hasta la cascada del río Xestosa.

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